Hemos Comido..en Panorama Santander, la antigua cafetería del Chiqui, si en una anterior visita me sorprendió un menú de ibérico en el restaurante esta vez también nos sorprendieron, pero con cocina internacional. 

Juli 2017. El lugar, lo primero que te llama la atención es la posibilidad de comer mirando la entrada de la bahía, el abra y las playas de Sardinero. Por cierto, éramos dos comensales y era una comida de trabajo elegida por el otro comensal que se hospedaba en el hotel.

Panorama Santander Restaurante Chiqui

Ha cambiado radicalmente de decoración y se diferencia en dos estancias, una terraza de grandes dimensiones y una parte a cubierto con un espacio notable para unos cuantos comensales, eso sí, con un espacio entre mesas de lo más generoso.

Panorama Santander Restaurante Chiqui

El lugar se me antoja como un sitio perfecto de reunión, tanto reunión de trabajo como informal. La carta resulta extensa y con un claro enfoque internacional, sin olvidarnos de la tradición culinaria local y un gran exponente de cocina mediterránea. 

Panorama Santander Restaurante Chiqui

Para comer un benjamín de Freixenet Cordón Negro. Color amarillo pajizo y brillante, burbuja, fina y persistente. Aromas frutales. En boca es ligero y fresco, uno de los mas básicos cavas, el más navideño sin duda. En el backstage encontramos a KiKe Pérez y mano a mano con él Luis Miguel Sánchez Solanas, el día que me acerqué ofició este segundo. Por cierto, aquí os dejo la carta

Panorama Santander Restaurante Chiqui

Comencé con un  turrón de foie. Un clásico de Luis Miguel, una elaboración ya conocida pero que no está de más recordar de vez en cuando, acompañado de unos cortes de sobao tostados (demasiado dulce para mi gusto). En esta elaboración se pueden distinguir tres capas, lo que le confiere un textura irregular muy agradable al paladar; me encantó el marcado sabor a hígado,  con cierto dulzor de fondo y algo de ácido de unos dados de manzana que le acompañan, tal como lo recordaba. Por cierto yo lo acompañé de pan y como en otras ocasiones me gustó.

Panorama Santander Restaurante Chiqui

A continuación ensalada de langostinos y centollo. En el aparatado ensaladas hay, creo recordar, tres en la carta, a cual más ocurrente y diferente, esta en concreto estaba de notable, hubiera estado de sobresaliente si no le hubieran añadido un poco de miel, algo que como sabéis no me mola nada: esa conjunción dulce-salado tan de moda e importada de la cocina anglo-americana. Langostinos, verde el justo y una base de centollo, delicioso.

Panorama Santander Restaurante Chiqui

Dos tipos de pan diferente para acompñar a la comida.

Panorama Santander Restaurante Chiqui

También como primero, pues todas las raciones la compartimos, una tempura de verduras. Muy bien cubiertas, sin nada de aceite y perfectamente al dente, un trozo de cangrejo de cáscara blanda, muy bueno tal como lo esperaba pues es la primera vez que lo pruebo. La tempura me gustó, es difícil encontrar una bien hecha.

Panorama Santander Restaurante Chiqui

Pad thai de langostinos. Me gustó, pero que nadie se vuelva loco con el pad thai, es según mi entender la mejor manera de quitar el hambre en Tailandia y este tenía los ingredientes originales: cacahuetes, trozos de tortilla, pasta de arroz, langostinos, soja y acompañado de unos brotes. Es un plato para llenarse, estaba bien bueno con una soja algo rebajada lo cual es de agradecer, entre otras cosas porque en cantidades suele resultar bastante monótona y impregna las elaboraciones con su fuerte carácter. Bueno un pad thai en toda regla muy de mi agrado.

Panorama Santander Restaurante Chiqui

Panorama Santander Restaurante Chiqui

Y llegamos al vicio patrio, bocartes rebozados. Cuando los vi me extrañó la apariencia, pero antes de preguntar ya les había hincado el diente así que me olvidé de la apariencia y me centré en lo buenos que estaban, después me informaron que estaban rebozados como suele ser habitual, pero los huevos estaban levantados a punto de clara, producto bien tratado. Hay platos que da pena que se acaben.

Panorama Santander Restaurante Chiqui

Y para terminar unos callos de wagyu a la madrileña. Uno de mis guisos favoritos, untuosos y tradicionalmente tradicionales. Cayó el pan y otra ración, una auténtica traca final que marca un excelente fin de fiesta.

En fin, un lugar que merece la pena de todas todas, por buen servicio, buenas vistas, mobiliario y por supuesto por una oferta gastronómica con cabida para todos los paladares. Del precio no se deciros, pero en breve os lo diré pues tengo intención de volver a seguir investigando la carta.

www.hotelchiqui.com

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