Hemos Comido…al lado de la traida de aguas pegado a la glorieta de los osos, calculo que la última casa de General Dávila, comida con Enrique, un amigo al que hacía años que no veía.
Abril 2003. Quedamos en buscar un sitio para comer cercano a la zona de trabajo, en un principo pensamos en bar Casa Ana un lugar cercano, especilaizado y famoso por su olla ferroviaria, pero las ollas son mínimo para ocho personas, así que lo dejamos para otra ocasión.
Este lugar no lo conocía y se había encargado Enrique de buscarlo, parece ser que es famoso por el buen menú que sirve. Como llegué antes me tomé una caña y me pusieron delante un plato de croquetas, por cierto muy buenas.
En cuanto llegó Enrique nos sentamos y nos pasaron un cartón con los platos que había de menú, por cierto bastantes para las dimensiones del restaurante, seis primeros y otros seis segundos más unos cuantos postres, todos los platos absolutamente caseros y bien hechos por lo que pude comprobar.
De primero yo tomé ensaladilla, algo que no suelo pedir, pero en esta ocasión me apetacía, fue todo un acierto, muy buena y bien hecha, el otro comensal optó por la fideua, parecer ser que la mayoría de las veces que viene por este restaurante pide la fideua por que está de vicio, la pinta si que la tenía buena y según él está impresionante.
De segunto el otro comensal tomó verdel que en Santander lo conocemos como sarda, también alabó lo bueno que estaba, acompañada de unas patatas fritas y ensalada.
Yo tomé bocartes muy bien hechos, fritos con harina, también acompañados de patatas fritas y ensalada.
Solo tomé postre yo, un puding con un fondo de frutos secos muy bueno. Con la comida nos colocaron una botella de agua, una de vino y una casera. En resumen, el menú del día muy bueno y muy bien de precio. La carta no la vi, veníamos a tomar el menú.