Hemos Comido…en el edificio del hotel Coliseum, en un italiano de reciente apertura perteneciente a la cadena de franquiciados La Tagliatella.
Agosto 2012. La Tagliatella se ha convertido en la principal franquicia de restaurantes italianos artesanales. Su concepto se basa en grandes raciones para compartir en compañía. La decoración de sus restaurantes es el entorno perfecto para compartir y disfrutar de más de 400 combinaciones de pastas y salsas, antipasti, ensaladas, lasagnas, canelones, más de 20 tipos de pizzas elaboradas en el horno del restaurante y postres.
Partamos de la base que la comida italiana siempre me ha parecido carísima, prefabricada y poco elaborada, quizás en su origen no sea así, pero esa es la imagen que tiene esta cocina en España, siempre dependiente de multinacionales y franquicias.
Sobre todo me espantan los precios de las pizzas, un trozo de masa de pan sin levadura cubierto de salsa de tomate de bote, con un queso industrial del que lo mejor que puedes esperar es que no sepa a nada y de diferentes ingredientes procedentes del bote en la mayoría de los casos. Si a esto le añades que en algunos casos llegan a precios cercanos a los veinte euros, que no disponen de ningún tipo de cocinero ni personal lo mínimamente profesional en sus dependencias y que la mayoría de sus gastos giran en torno a la publicidad, pues creo que con esto, todo esta dicho de mi opinión acerca de la mayoría de las franquicias pizzeras existentes en España.
El local es bastante grande y dispone de distintos ambientes un comedor elevado a la entrada y otro mas grande al final, con una barra de entrada donde puedes tomar una caña o esperar a que te preparen una pizza para llevar.
La carta es enorme y admite cantidad de combinaciones, para llevar mejor la espera me sirvieron un aperitivo consistente en unas aceitunas bastante ricas, de un tamaño muy pequeño, pero muy sabrosas.
De primero tome carpaccio Vitello. La presentación del plato es increíble, te sirven un pan con forma de base de pizza recién hecho para acompañar al carpaccio, calentito y regado de aceite. El carpaccio no me gustó nada, estaba demasiado salado, el queso que lo acompañaba también y dejaba un resabor nada agradable, eso si la ración generosa.
De segundo tomé tagliarine peperoncino e gamberi, ajo, aceite, guindillas y gambas. La pasta buenísima de punto, me ofrecieron si quería añadir aceite, la ración de un tamaño enorme, un poco carente de sabor y una pequeñísima cantidad de gambas de tamaño minúsculo.
En resumen la comida me decepcionó, pensé que por el aspecto del local por fin tendría la oportunidad de comer algo diferente en un italiano, pero parece que me equivocaba, quizás en otra ocasión.
El precio se me hizo bastante caro, 30€ una persona sin postre ni vino, dada la oferta actual es como bastante caro.
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Plaza de los Remedios 1 39001 Santander