El Galeón

Hemos Comido…en El Galeón, gracias a Mondejo que siempre está en todo.

Marzo 2013. Ya tenía fichado el bar Mondejo, había tenido alguna incursión a su menú y a sus pinchos, así que no se resistió y me invito a tomar un menú del día. Mondejo es el mejor relaciones publicas que te puedas imaginar, como algo sea de su agrado se enteran en toda España y parte del extranjero, además es de los asiduos a lugares de los de siempre con este rancio encanto y si estos son marineros todavía mejor.

Nos acercamos a los aledaños del barrio pesquero a tomar un menú de 9€, y ante mi sorpresa me encuentro con un bar lleno hasta la bandera, y con una carta de menú de lo más extensa, como seis primeros, otros tantos segundos y también un elevado número de postres, por cierto todos caseros.

Nos sentamos, pedimos y tardaron bastante en servirnos, por lo que mi acompañante empezó a ponerse nervioso, una mesa que habían llegado después de nosotros les trajeron antes lo mismo que había pedido el, y entonces ya caí yo en la cuenta de lo que pasaba, así que le tranquilice: «lo que pasa es que están terminando de hacer tu fideua y a esos se los han servido antes porque son tres platos y no puede con más la camarera, ya verás coma baja seguido y vuelve con el tuyo», y así fue.

De primerio yo había pedido sopa de pescado, la sopa me sorprendió tanto por el sabor como por la textura, una buen sabor y una textura rozando lo gelatinoso, con una buena cantidad de trocitos de pescado. Te colocan una buena perola de sopa para servirte a gusto y no quedarte con ganas por muy tragón que seas.

Mondejo se tomó una fideua que por la pinta y según él estaba divina, la ración también al igual que la sopa generosa en tamaño y recién hecha.

De segundos tomamos el un revuelto de la casa compuesto por espárragos, champiñones, pimientos y langostinos, según su criterio bastante bueno, a no os lo he dicho, Mondejo ejerció de cocinero durante muchos años en un barco de pesquero.

Yo de segundo como tenían la palabra mágica no me pude resistir, albóndigas, una buenas, generosas en tamaño y jugosas albóndigas, acompañadas de una rica salsa de zanahoria y unas patatas fritas, bastante bien hechas.

De postre, todos caseros una tarta de coco que le encanto a Mondejo y una cuajada, también casera, muy buena, te preguntaban que si con miel o azúcar, yo la tome con azúcar.

En resumen un lugar donde los trabajadores de los alrededores se acercan a tomar un completo y barato menú, bien cocinado, un lugar no exento de encantos donde predomina el buen humor y la simpatía, seguro que volvemos.