Hemos Comido…en el Cormorán, un lugar con gratos recuerdos para mí, mi banquete de primera comunión se celebró aquí.
Enero 2014. El Cormorán siempre está en la mente de Todos los Santanderinos, es algo que te encuentras cada vez que das un paseo por la segunda playa y es uno de los pocos que siguen en pie en línea de playa.
De el guardo gratos recuerdos, comunión, Pepe Gándara que estudio conmigo y jugó también conmigo a Rugby era hijo del dueño, etc. Llevo años viéndolo cambiar de aspecto y manos, pero nunca me decidí a entrar y como se me van acabando las opciones en esta ocasión entre.
La ubicación es única y se divide en dos ambientes, un restaurante en la planta inferior y una cervecería en la parte superior, antes de ir me di un paso por su página web y me encontré con una serie de sorpresas que me acrecentaron las ganas de acercarme.
Antes de continuar el cormorán grande, también conocido como gran cormorán o cormorán negro, es un ave de distribución mundial. Habita en cualquier extensión grande de agua, incluyendo lagos, ríos, estuarios y aguas costeras. Anida en gran parte de las costas del océano Atlántico, sobre todo en Europa y Norteamérica.
A mí siempre que me ponen una tapa o un aperitivo lo agradezco y si ya esta buena todavía mas, diría que ganan puntos con esta acción. Hace poco asistía a una conversación entre un hostelero y un conocido suyo en la barra de un bar al que fui a parar por casualidad.
El hostelero se quejaba de que su local esta vacío teniendo similar oferta al local anexo y no se lo explicaba, a lo que le responde el conocido que en el bar de al lado ponen tapas y que el no, encima te las van rotando a lo largo de la estancia, a lo que responde que él no puede dejar de ganar dinero por regalar una vianda acto seguido le responde el conocido, pues eso es lo que pasa que tienes que elegir entre ganar más o ganar público y encima ser un poco más saleroso que no eres precisamente la alegría de la huerta. Creo que queda todo dicho con la contestación del parroquiano, más claro imposible.
Aqui me pusieron de aperitivo un ali oli y una aceitunas.
El Cormorán tiene una larga carta con gran cantidad de opciones visibles en su web, tras analizar la carta pedí y en breves momento se sirvieron una cerveza con la que compartí toda la comida, una Budweiser cerveza de tipo lager americana y una de las más populares de los Estados Unidos. Budweiser se hace con una gran proporción (hasta un 80%) de arroz, además de lúpulo y malta de cebada.
De primero pedí carpacho de bacalao con cilantro, una buena ración con un sabor que me venía al paladar recordando mi infancia, cuando mi abuela me cogía un trozo de bacalao de la bacalada todavía salada, lo pasaba por el grifo y nos comíamos un trozo cada uno, a mí me encantaba y ese es el sabor que me vino a la cabeza al probar este carpacho. Este venía acompañado de una aceite de gran poderío que ensombrecía un poco el sabor del bacalao y un pequeño toque de cilantro, esa hierba tan presente en la comida sudamericana y tan desconocida por estos lares, para mí ya solo el recuerdo de ese sabor merece la pena, como volver a la infancia.
Y de segundo Chateaubriand de black angus, es una receta francesa de una pieza de carne de vacuno de gran tamaño obtenida del solomillo, generalmente asada a la parrilla y que debe su nombre al escritor y diplomático francés François-René de Chateaubriand, siendo la invención de su cocinero, Montmirail. Se sirve el filete Chateaubriand acompañado con una salsa de textura cremosa llamada salsa Chateaubriand. En la actualidad se suele servir con salsa bearnesa y pommes soufflées. Se suele poner a la parrilla atado con otros dos trozos de carne de buey en la parte exterior, de esta forma se asan los extremos durante casi diez minutos quedando la parte interior ‘poco hecha’, que es el Chateaubriand.
Venía acompañado de unas patatas fritas con pimientos y cuatro tipos distintos de sal, te presentan un gran trozo de carne que se sigue haciendo en un plato metálico, de lecreuset con apariencia de hierro fundido, te lo cortan y si quieres que se siga haciendo lo dejas en el plato, en caso contrario lo pasas al tuyo, una carne veteada de grasa y de una excelente maduración con los sabores minerales típicos de este tipo de carne, buenísima, el punto ideal, la carne soberbia, recomendable.
En resumen el lugar me sorprendió, la comida estuvo muy buena y el entorno es magnífico, las raciones son generosas, el bacalao me tocó la fibra sensible-nostálgica el servicio bueno y deseando agradar, el precio dentro de esperado.
Segunda Playa del Sardinero 39005 Santander 942272492