Hemos Comido…en Casimira, cuantas veces pasé por delante de este sitio y nunca me llamó la atención, hasta que entré por primera vez.
Junio 2015. Casimira cosas para picar, este es su nombre completo. La realidad es que oferta una cocina de mercado con un producto de calidad y sobre todo de cercanía, elaboraciones tradicionales con sabores de antes, mucho producto autóctono y ecológico.
Puedo contaros que en su carta encontramos entrantes variados, embutidos, quesos, anchoas para chuparte los dedos. Ensaladas variadas y verduras para los que prefieren una opción más saludable o son vegetarianos. Y no pueden faltar las carnes y pescados. Tacos de solomillo o bacalao a la montañesa con salsa de tomate casera.
También dispone del plato del día con bebida y café por 7€, de lunes a viernes.
El local se divide en tres espacios. Dos comedores, uno situado a la entrada a la derecha y separado del resto del local por una puerta, otro situado en un cabrete y lo que es la zona de barra, donde también se puede disfrutar de las diferentes opciones para picar.
Nada más entrar me fijé en la cámara donde se atesoran los vegetales y donde se podían vislumbrar unos tomates de un aspecto de lo más atrayente, tomate de Cantabria de una calidad y de una exuberancia como pocos.
Nada más sentarme me encontré con un antiguo conocido, que se encuentra en este momento al cargo de la sala, algo que hace a las mil maravillas, y que me ofreció un vino un tanto dificil de encontrar por copas, Pago de Carraovejas, un crianza de Rivera del Duero.
El vino Pago de Carraovejas Crianza presenta un color cereza intenso. Aroma de fruta madura y notas de de madera, café y cacao. En boca es carnoso y frutal, sabroso y con matices a madera.
La carta se encuentra dividida en diferentes apartados, entradas clásicas, ensaladas y verduras, revueltos y tortillas, nuestras carnes y pescados, queso y para endulzar. Un buen surtido donde elegir, pero sin abrumar.
Te colocan el pan y puedes apreciar que este tiene una pinta soberbia y que no va a llegar al primer plato como tarden unos segundos en servirlo.
Y efectivamente, hubo que pedir más pan pues de primero me sirvieron un tomate enetero, por Dios, como mínimo pesaba medio kilo, acompañado de un aceite que tienta a saborearlo con pan como si de un pecado mortal se tratara, un aceite hojiblanca y un pequeño toque de vinagre de jerez. Una auténtica delicia y si había sobrado algo de pan de la espera aquí ya se terminó. Por cierto el mejor tomate de este año hasta ahora, un vicio proveniente de la huerta cántabra.
Y de aperitivo bienvenida, aunque servido después del tomate, unas croquetas de maganos que quitan el hipo, una bechamel líquida, unos minúsculos trozos de magano y un inmenso sabor, buenísimas.
Como centro de la cena algo que no se me hubiera ocurrido pedir a no ser que me lo ofrecieran, como fue el caso, una tortilla de bacalao. Una señota tortilla, jugosa y bien rellena de bacalao, marcado sabor de este pescado y un punto de sal justo, como nos gusta en Cantabria. Por cierto, no sé de cuento huevos , pero calculo que de tres como mínimo.
Y llegó la hora de pagar, 20€ por una cena como pocas he disfrutado desde hace tiempo, la única pena es que cené solo.
Casimiro Sáinz 8 39006 Santander 942031295