Hemos Comido…en el Cos, ha habido una evolución en la cocina de la mano Rodrigo Vallejo, nuevas tendecias sin olvidar la tradición.
Agosto 2016. Como cada año en la época de las casetas aprovecho para ir a comer en un par de ocasiones con Alfonso Fraile, todos los años está al frente de la caseta de la Asociación Cántabra de Hostelería, le bajo a buscar y nos vamos a comer a algún lugar cercano.
Como hacía bastante que no me acercaba al Cos y Alfonso tampoco lo tenía muy visto, decidimos acercarnos a ver que pasaba con la reciente incorporación de Rodrigo Vallejo en la cocina.
La carta no es muy extensa, pero dedicada a cuatro apartados bien definidos: carnes, pescados, raciones y dulces ilusiones. También dispone de un menú degustación y de lo comprado ese día en el mercado.
Comimos con Casal de Arman, un ribeiro elegido poor Alfonso buen conocedor de aquellos pagos. Un vino color amarillo pajizo, aromas a heno y pequeñas frutas de hueso, notas de melocotón, untuoso. Cierto tono goloso con sensaciones de mentoles y un final largo.
Comenzaron sirviéndonos un aperitvo, un sushi distinto, muy buen comienzo.
Tomamos de primero un tartar de aguacate y tomate. Sencillo, distinto, una ensalada troceada con un toque de cilantro algo fuerte para mi gusto. Una ración con un gran toque diferencial, yo no me artrevería a llamarlo tartar, entiendo que tiene que haber proteína animal de por medio para merecer el nombre, pero doctores tiene la iglesia. En fin, una nueva visión de una ensalada.
Continuamos con algo que los dos comensales entendimos como tronco de atún, pero que resultó ser atún marinado en placton. A Alfonso no le entusiasmo pero a mí me gustó bastante aún habiendo entendido otra cosa. Uno de los trozos contenía bastantes nervios y no era algo, creo yo, merecedor del marinado si no que debía haberse dedicado a otro menester, pero los otros dos trozos limpios estabas de escándalo, crudo, con bien de grasa infiltrada y un leve sabor a mar y cierto toque a clorofila que le aporta el plactón, muy bueno.
Para terminar una ración de pulpo al wok. Este plato fue extraordinario de principio a fin, una textura perfecta, un buen sabor, una interpretación libre de un pulpo a la gallega, pulpo, patata y pimenton, todo un clásico reinventado y superado.
El Cos ha subido un peldaño en lo gastronómico, pasa a otro nivel de cocina con esta reciente incorporación.
También hay que tener en cuenta que no se pueden olvidar los clásicos, por los que suele desfilar la gente: rabas, mejillones, totillas mañaneras y todas las raciones que le han dado fama y vidilla hasta ahora al lugar. Un precio razonable y una buena atención.
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