Hemos Comido…en Abel, un auténtico bar de barrio, muy de moda ultimamente por la cantidad y la calidad de sus raciones.
Diciembre 2012. Comida entre curso, nos pillaba cerca y decidimos acercarnos por si había sitio, y sí que lo había.
Nos recibe una camarera a la que no nos queda otra que agradecerla su profesionalidad, en todo momento nos asesoró muy acertadamente. Yo venía con intención de comer cocido montañes o fabada, pues eran algunos de los platos que me habían recomendado. Si reservas con antelación y tienes intención de encargar tienen merecida fama la paella y arroz con bogavante.
Una de las cosas que me aconsejó es que si pediamos cocido o alubias no pidieramos más. Así que desistimos y apostamos por comer a base de medias racciones ya que enteras, según ella, eran una barbaridad, y lo cierto es que no se equivocaba.
Pedimos tres medias raciones y una entera. Comenzamos con media ración de croquetas de carne. Entera son la mitad de carne y la otra mitad de queso picón, pero como pedimos media tuvimos que elegir, y elegimos de carne. La última vez que tomé algo parecido lo habia hecho mi madre, y mi madre las hacía igual que mi abuela, cocinera profesional y auténtica maestra en la cocina. Unas auténticas croquetas de carne, carne de cocido y rica bechamel, buenísimas. Hacía años que no comía una croqueta tan buena y tan rica de sabor y por supuesto una ración tan generosa.
Una carne en hilos con bechamel «contaminada» del sabor del caldo carne y de esta misma. Aunque solo sea por las croquetas la visita merece la pena.
Continuamos con unas albóndigas de merluza, también media ración. Estaban acompañadas de una salsa similar a la salsa verde, muy jugosas y con verdaderos trozos de merluza.Una ración generosa y muy de mi gusto.
Una ración de pulpo, más normalita pero también buena y generosa. Blandito sobre de una cama de patatas, un buen pimentón y aceite también muy sabroso.
Y por último media ración de asadurilla. Una asadurilla de calidad, cortada en trozos justos de tamaño, hecha perfectamente y con bastante higado en la ración, pero demasiado especiada para mi gusto. Una pena, pues la elaboración era muy buena pero como dije antes demasiadas especias para mi gusto (pimienta y laurel).
El sitio me gusto muchísimo. Hacía tiempo que no tenía la ocasión de topar con un auténtico bar de barrio, donde lo verdaderamente importante es el cliente. No dejaron de preguntarnos si nos gustaba todas y cada una de las cosas que pedimos. La atención perfecta, el precio estupendo y el tamaño de las raciones muy generoso. No tardaremos en volver.
Y efectivamente no tardamos nada en volver. Por la tarde Pedro se acercó con la familia a tomar unas raciones de croquetas, rejos y pimientos. Según me contó igual de buenas que las que tomamos por la mañana, pero esta vez al ser entera la ración de croquetas incorporaba las de queso picon que les gustaron tanto como las de carne.
Y una ración de rejos también buenísima, como las otras raciones muy generosa.
Y el precio, aquí arriba teneis la nota, ojo, de la visita de por la tarde de Pedro, la de por la mañana no sé donde la puse.
Por El Mule