Hemos Comido…en Semilla, en Santa María de Cayón, hubicado en un edificio emblemático de la zona.
Una casa de indiano reconvertida en posada y restaurante, La Casona de Herrán de Cayón. En la cocina el torrelaveguense Rubén Somacarrera Acereda elabora una cocina clásica basada en producto de cercanía y con presentaciones novedosas.
Las instalaciones merecen la pena, recuerdo la última vez que visité esta casa, acompañado de Rubén y María. La verdad es que la situación no era nada buena debido a la mala conservación de la casa, pero parece ser que se ha rehabilitado a conciencia, volviendo a lucir en todo su explendor. Cuenta con tres plantas y siete habitaciones, además de la zona destinada a restaurante.
Dispone de amplio aparcamiento, al que se accede atravesando toda la finca.
Un aperitivo bienvenida.
Gazpacho, con un aceite de marcado carácter, me ha gustado, tenía textura, no era acuoso.
Crema de mejillón en brioche. Bien pronunciado el sabor al bivalvo, como debe de ser, muy agradable.
Pan de La Crujiente, ganador este año pasado de La Miga de Oro en Cantabria. La Ruta del Buen Pan de Cantabria se fija en el trabajo de panaderos artesanos, profesionales que elaboran sus panes manteniendo la tradición, con una apuesta firme por la calidad. El proceso de selección, se lleva a cabo mediante una cata a ciegas, un jurado compuesto por cuatro profesionales del sector del pan, donde se valoran diferentes parámetros.
Comencé con un matrimonio. Suave aove y potente acidez del boquerón, buena anchoa sin exceso de sal, la nube de queso compañaba muy bien sin apabullar. Una buena entrada, pero le eché en falta algún toque canalla, faltaba un poco de punch.
Alcachofa. Una rica alcachofa asada con el gran sabor que aporta la salsa de carrillera y un airecito del queso que lo acompañaba; la carrillera perfecta de punto y sabor, se deshacía, una delicia. Es de agradecer que se puedan pedir por unidades.
Costilla a baja temperatura. Una buena costilla de vaca con sabor a carne de verdad, se deshacía, le acompañaba un puré de coliflor que le venía al pelo, algún trocito de coliflor y brócoli al dente, la salsa para untar a morir. Una ración de lo más recomendable.
Para terminar un milhojas, con frutos y helado, crujiente y un buen final, con frescura.
Nueva oferta en el valle de Cayón, la visita merece la pena.