Hemos Comido…en El Llar. Hace muchísimo que no volvía por este lugar, que estuvo tan de moda hace muchos años y que se caracteriza por el tamaño de sus raciones y por la parrilla.
El restaurante está ubicado en los bajos de un chalet en donde asan la carne a la parrilla y siempre con madera, sarmiento, encina, roble (depende de la carne) y siempre a la vista del cliente. La carta de vinos es la tradicional de esta zona, abundancia de Riojas, Riberas del Duero, algún Rueda, Albariño, Toro, Yecla, Tierra de Castila-Mancha. En verano instala una terraza a la sombra de una gran encina.
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Mayo 2012. Hacía ya tiempo que tenía ganas de pasarme por El Llar, pero parece que nunca se daba la ocasión. Al final surgió y me acerqué a esta cátedra de la parrilla. La instalaciones están un poco anticuadas a mi ver. Llegué sin reservear y había sitio de sobra. Al final cuando me fui estaba lleno y de gente aparentemente habitual en la mayoría de los casos. Pude comprobar que la oferta era bastante variada, pescados muy frescos, incluso vi servir unos maganaos con una pinta excelente y mucho bocarte en unas raciones enormes. Dentro de los segundos lo que obsevé fue que los comensales optaban por la carne, chuletón, entrecot, chuletillas en la mayoría de los casos servidas en unas mini-parrillas en la mesa.
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De primero tomé pimientos con boquerones. Los pimientos excelentes y exquisitos, unos buenos pimientos asados y de una calidad abrumadora. Los boquerones también caseros, un bocarte de buen tamaño marinado a la perfección, acompañado en su conjunto de un rico aceite de oliva y unos minidaditos de un queso manchego de suave sabor, una enorme ración. El conjunto me encantó en todos los aspectos, un plato muy recomendable.
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Y de segundo con el estomago prácticamente lleno un entrecot de una carne muy buena, buen punto de maceración, con buen sabor y muy blanda. La acompañaban unas buenas patatas fritas y un pimiento verde frito, delicioso por cierto y la patatas de las buenas, acompañadas de sal gorda, algo como en el caso del primer plato también muy recomendable. Terminé como pude el entrecot pues la ración también era generosa.
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Para finalizar la velada tomé café, pues no había hueco para más.
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En resumen, el lugar sigue despachando platos de buena calidad y sigue contando con una excelente parilla. El personal de lo más amable y atento. El precio muy ajustado. Hay que repetir con otras especialidades de la casa.
Por El Mule