Rasines Bar Mila

Hemos Comido…en Rasines, la primera vez que me acerqué a este lugar fue hace unos veinte años, nos trajo Nano unas navidades, comimos el mismo menú que hoy repetimos.

Noviembre 2013. Toñín, José y yo, tres incondicionales de barra, «Bares que lugares tan gratos para conversar». Llevábamos meses intentando cuadrar calendarios para hacer una salida gastronómica que generalmente repetimos todos los años y que hacía más de dos que se había quedado en el olvido. Este es un lugar que frecuenta José los sábados para desayunar café con chorizo frito, una de las especialidades de la casa.

José es originario de Limpias y frecuenta la zona de Ampuero todos los fines de semana. Le encargamos que encontrara este lugar del que me acordaba, pero no sabía situarlo. Tardó segundos en saber de lo que le hablaba y reservar mesa. Situado en Rasines y pegado a la ribera de uno de los múltiples afluentes del Asón, es un bar famoso entre los locales por sus jornadas del ternero, del cerdo, los huevos fritos y el chorizo casero.

Reservamos y al llegar nos encontramos con lleno absoluto. Todo el mundo comiendo el mismo guiso, la barra también completa de blanqueadores y un ambiente del que no disfrutaba hace muchos años. Menos mal que todavía quedan bares auténticos donde saborear un buen blanco y donde observar una de nuestras señas de identidad, el blanqueo.

Una vez sentados nos preguntan por las viandas. La carta es de lo más escueta, guiso de carne y si te quedas con hambre chuleta, pues me parece un plan cojonudo. Ya con el primer plato podías comer un guiso de carne de ternero donde el 90% es carne. El resto una patata de tamaño grande frita, muy bien frita por cierto, champiñones que me parecieron frescos y unas alcachofas de lata que aportaban un excelente sabor. Muy bien guisado, tierno, sabroso y un plato generoso. Se me olvidaba, también te preguntan por el vino, el de la casa o un crianza que fue el que tomamos, estaba bastante bueno y a una excelente temperatura.

De segundo dos raciones de chuleta, pero como era «pequeña» la chuleta, te añadían un filete, acompañado de unas buenas patatas fritas. Una carne de excelente calidad, joven y bien hecha. El filete de similares características a la chuleta, muy bueno y muy generoso. Con dos raciones comimos los tres.