Hemos Comido…en vegetalissimo tras seis temporadas intentando asistir a estas jornadas, siempre ha surgido algo que no me lo ha permitido. En la ultima ocasión estaba invitado a la presentación, pero cogí gripe y no pude asistir.
En mi entorno, o más bien en el de mis amigos entre los que me incluyo, hablar de comer solo vegetales es casi como declararte miembro de una secta satánica. Si hay algo que echo de menos en Cantabria es el poder saborear unos buenos vegetales lo menos manipulados, vamos lo más cercano a su estado natural, plancha brasa, carpaccio etc. En Cantabria solo conozco dos sitios donde son los reyes de la mesa y uno de ellos son estas jornadas que ya van por la sexta edición, de las que a partir de ahora me declaro como ferviente admirador.
Esta sexta temporada de Vegetalíssimo se presenta como complemento del compromiso del hotel Balneario Puente Viesgo con la vida sana. Una alimentación natural elaborada con los frutos más exquisitos de nuestra huerta. Una cocina tan natural como sus propias raices
El entorno
El restaurante El Jardín
Vegetalíssimo
Se caracteriza por que a lo largo de las jornadas, exactamente cada dos días, hay un cambio de los platos componentes del menú degustación. Algunos platos de esta edición de Vegetalíssimo: Pastel de cebolla con chipirón emparrillado sobre caldo de chipirón, Ravioli de pimiento de cristal con brandada de bacalao, Guiso de borrajas con berberechos, Terrina de alcachofas y berenjenas con papada ibérica y foie, Menestra de espárragos y alcachofas con espuma de patata y virutas de jamón ibérico, Espárragos blancos en tres texturas (con trufa, fritos en tempura o en sopa). Y los postres: Tatín de piña y plátano, Milhojas de almendras, bizcocho y crema de queso con frambuesas con helado de tiramisú, Souflé de chocolate.
El menú tiene un precio de 36€ por persona, bodega a parte y consta de cuatro platos y un postre.
Comenzaron sirviéndonos un vino que nos acompañó durante toda la comida, un Casona Micaela, vino Costa de Cantabria, por cierto un acompañante perfecto a lo largo de la velada. Un vino dorado con tonos verdosos, limpio, manzana verde, hierba húmeda en la nariz, cierto verdor que antecede una boca amplia, con una buena acidez.
Como entrante tomamos unos pimientos de cristal caramelizados en aceite de oliva virgen con tomates confitados. Los pimientos sobre pan de cristal muy crujiente, me sorprendió que el plato fuera caliente, lo esperaba frio, el pimiento algo muy sutil pero sabroso, relleno de un tomate confitado bastante dulce y con un pelín de toque ácido característico de esta fruta. Riquísimo, un acierto.
A continuación pastel de cebolla con chipirón emparrillado. El punto del chipirón perfecto, el pastel de cebolla algo inusual, sabroso y de complicada ejecución, como luego nos enteramos de boca del chef, le acompañaba una lámina de cebolla crujiente y riquísima. Para mí la estrella de este menú.
La siguiente sorpresa menestra de espárragos, alcachofas, habitas y guisantes con espuma de patata y virutas de jamón. De este plato me sorprendió el intenso sabor de las verduras, todas en un punto perfecto y dificil de encontrar en otros restaurantes (debido a que el gusto de la mayoría a la hora de comer vegetales es normalmente muy hechos). Vamos, una auténtica gozada de sabor y sobre todo sorprendente la espuma.
Entre platos nos sirvieron un sorbete para limpir el paladar, de agradable sabor limón y maracuyá con champagne rose.
Continuamos con arroz cremoso de setas y trufas. Un arroz muy sabroso acompañado de trufas y unas setas con un huevo poché. Un plato exquisito y de gran sabor, las dos texturas en conjunto y el sabor de las trufas, setas y huevo crean un conjunto excelente, todo un acierto de plato.
Y por último soufflé de chocolate con helado de fruta de la pasión. Muy bueno el helado y el souflé también, pero la realidad es que no pude acabarlo, estaba lleno. Con este postre nos sirvieron un Naranja de Oro de bodegas Díaz. Un vino dulce inusual, este vino peculiar del Condado de Huelva se empezó a elaborar en Bodegas Díaz en los años 50 del pasado siglo.
El procedimiento de elaboración de este vino es el seguido por todos los de la Denominación de Origen Condado de Huelva, y más concretamente los Generosos de Licor, con crianza en madera de roble por el tradicional sistema de criaderas y soleras y encabezados con balsa de 55% vol.. Es en el encabezado donde difiere de sus homólogos, pues a la balsa utilizada se le ha añadido anteriormente cáscara de naranja deshidratada de la cual el alcohol de la balsa extrae sus aromas que posteriormente transmite al vino.
En resumen, estas jornadas son de lo más recomendable, el servicio es inigualable y el entorno también. Además siempre tienes la posiblilidad de hacerte un circuito del agua después de haber disfrutado de estas jornadas, o de darte un paseo por las cuevas del Castillo y las Monedas, para bajar la comida.