Comida en El Solar de la Musa con nueva dirección, después de unas fechas cerrados abrió en noviembre pasado cogiéndole la pandemia a medio arrancar.
Vuelven a la carga con una carta no muy extensa, con intenciones de cambios estacionales y elaboraciones de corte tradicional con cierto nivel de innovación.
Sirvieron dos aperitivos de bienvenida. Delicia de cordero con mojo picón, similar a una croqueta, muy sabrosa y con un ligero picor muy gustoso del mojo. Y un gazpacho de frambuesa con láminas de cecina.
Comencé con unas rabas de calamar. Unos calamares fritos muy agradables, a mi me gustan tanto o más que las rabas, les faltaba un enharinado mejor.
Langostino en tempura de calamar. Me sorprendieron, perfecta fritura y el langostino en su punto.
Lomo de atún con helado de wasabi. Buen corte de atún en su justo tamaño y un suave marinado de origen cítrico, el helado de wasabi le iba que ni pintado, muy agradable.
Para terminar manos de duroc con setas. Imperioso sabor a boletus y justo toque de pimienta, deliciosas muy bien elaboradas. Aún saliendo de mi area de confor para este guiso, que es la mano con la vizcaina, estas me convencieron.
De postre mousse de quesito, con un ligero toque ácido de frutas rojas.
Un lugar con una oferta raramente encuadrable, su carta se debate entre raciones poco vistas en el entorno gastro de nuestra tierra, hasta hamburguesas de siempre, con la intención de entrar en el mundo de las brasas y los ahumados, también disponen de menús del día de corte tradicional.