Este miércoles seis de julio la Asociación de Sumilleres de Cantabria cerró la temporada de charlas y catas justo antes de comenzar el trabajo estival; recordando que en verano se dedican a trabajar y no tienen tiempo para formación.
Todo un lujo para las treinta personas que acudieron al Espacio Gran Reserva, para escuchar las explicaciones que Noelia Callejo, enóloga y copropietaria de esta bodega familiar sita en Sotillo de la Ribera y acogida a la Denominación de Origen Ribera de Duero, expuso y acompañó con una selección de sus vinos.
Noelia junto a su hermano José Félix Callejo, también enólogo, se prepararon concienzudamente antes de asumir la dirección de la bodega que su padre, no sin mucho esfuerzo, había levantado en los años ochenta.
Tras pasar por Chateau Petrus (Francia) y Bodegas Torres (Chile), o por el Valle de Napa (California); apostaron por poner en práctica los conocimientos adquiridos en su propia bodega; pero dándole una especial importancia al suelo y al viñedo, donde se hacen realmente los vinos.
Su viñedo exclusivamente de la variedad Tempranillo o Tinta Fina, se sitúa en Sotillo de la Ribera, población de 500 habitantes en la provincia de Burgos.
Se encuentra al Norte de la Ribera del Duero, parte más alta del valle entre 850-930 metros de altitud sobre el nivel del mar. Nos encontramos en un enclave privilegiado dentro de Ribera del Duero. La elevada altitud es responsable de grandes contrastes de temperatura entre el día y la noche, con diferencias de más de 15 ºC, que mejoran la madurez de la uva, conservando en las noches frías la acidez.
Los suelos donde se asientan los viñedos van desde tipos calizos en las partes altas (930 m sobre nivel del mar), hasta franco-arcillosos, arenosos, canto rodado, a medida que descendemos por el perfil, con zonas calizas en partes altas de laderas. Toda esta variedad de suelos donde la Tina Fina o Tempranillo se expresa de manera diferente, confiere a sus vinos una gran riqueza de matices.
El concepto de “terroir” o terruño designa la interacción de varios factores que son los que le van a dar carácter al vino como son el clima, suelo, variedad e intervención del viticultor. Para poder hablar de vinos de terruño, se han de respetar fundamentalmente las características del suelo, y solo con un manejo ecológico es posible obtener la máxima expresión del terruño en los vinos.
Fue una charla muy amena, donde la importancia del suelo y el control de la producción, así como el respeto por la naturaleza y el entorno, con las mínimas intervenciones en el viñedo; quedó patente en la cata de sus vinos.
EL LEBRERO. Blanco cien por cien Albillo fermentado en barrica. Recordamos que la Denominación de Origen Ribera de Duero no ampara la elaboración de vinos blancos, así que estamos ante un vino de Castilla León. Variedad de uva española, relativamente neutra, de temprana maduración y escasa producción, con un interesante índice de glicerol que confiere suavidad al vino. Una sorpresa con mucha calidad; alcohólico, sabroso, con cuerpo, color amarillo dorado y aroma potente, presenta un sabor ligeramente dulce. En nariz es penetrante.
Cómo añoramos este tipo de vinos blancos, envejecidos en barrica de roble francés, pero que apenas le aporta nada.
FINCA VALDELROBLE. 60% Tempranillo, 30% Merlot y 10% Syrah. Así se llama este paraje situado en lo más alto de Sotillo de la Ribera, “el páramo”, a 930 metros de altitud, con vistas al valle del río Duero, rodeado de encinas y robles. Terreno singular y caprichoso donde la roca madre caliza aflora a la superficie de forma fragmentada en pequeñas piedras dejando ver lo que hace muchos años fue un gran océano. Inviernos gélidos, veranos calurosos, secos, con noches frías, es el escenario de un microclima extremo. Aquí la viña se hace fuerte y resistente expresando lo mejor de si misma, para ofrecernos uvas con carácter y personalidad. El método de cultivo orgánico es, sin duda, la señal del respeto hacia el viñedo y su entorno.
Color intenso, rojo vivo, denso, tiñe la copa de color y lágrimas. Profundo y delicado aroma; flores silvestres, vientos del páramo que se mezclan con exóticas frutas maduras. Se perciben las entrañas de la roca caliza y de fondo especias y ahumados. En boca recuerdos de la uva, tanino fresco, todavía por pulir, voluminoso y a la vez granuloso en el paso, se siente la madurez de la uva y al final largo en el tiempo.
CALLEJO. La fermentación de mosto, con levaduras autóctonas, comienza a baja temperatura para favorecer los aromas varietales y terminar con temperaturas cercanas a 30ºC. Un tercio de la producción de este crianza realiza la fermentación maloláctica en barricas nuevas y el resto en depósito de acero inoxidable. Crianza en barricas de roble francés durante 12 meses.
Nos ofrece a la vista un intenso color picota, con un ribete de tonos cardenalicios. En nariz resulta muy aromático, primario, con apuntes de fruta roja y negra silvestre, romero, lilas, monte bajo, orégano, canela, notas de confitería. En boca es complejo y estructurado, madera muy integrada, paso muy frutal, ciruela negra y arándanos, finos ahumados, carácter mineral con un persistente final.
MAJUELOS DE CALLEJO. La uva procede de varias parcelas seleccionadas para obtener una maduración ideal para elaborar este vino. La fermentación, con levaduras autóctonas, comienza a baja temperatura para finalizar a 30ºC. Se prolonga la maceración con los hollejos de la uva durante 15 días más. Se descuba a barricas de roble francés nuevas y de 1 año para realizar la fermentación maloláctica. La crianza se prolonga en las mismas barricas durante 18 meses con trasiegos para eliminar las lías.
De color picota violáceo bien cubierto. En nariz, es complejo y muy aromático. Gran elegancia donde destacan notas de ciruela, arándanos, zarzamora, pimienta, tomillo, caco en polvo, finos cueros, hojarasca, maderas aromáticas. Su paso en boca es muy jugoso, amplio, fresco y de gran estructura y equilibrio, sensaciones de fruta roja y negra, florales, sotobosque, canela, nuez moscada, notas de pastelería. Largo final primario, lácteo y especiado.
FELIX CALLEJO 2005. Añada de la familia, fuera del mercado; tuvimos el gran honor de poder disfrutarlo en exclusiva. Son uvas con gran concentración de aromas y con un carácter diferenciado del resto del viñedo. Fermentación, con levaduras autóctonas, a baja temperatura al inicio y terminando a 30ºC con maceración de los hollejos durante 15 días más. Fermentación maloláctica en barrica nueva de roble francés y posterior crianza de 15 meses en las mismas barricas.
Presenta un color cereza picota con ribete granate. Intenso en nariz, aromas a fruta madura, arándanos, especiado, monte bajo, romero, clavo, balsámicos, tinta china, roble cremoso. Su paso en boca es potente y sabroso, aparecen las sensaciones frutales y aromáticas de la nariz, además de chocolate, con taninos maduros, y un final largo y persistente.
En fin, todo un lujo de charla y cata que nos mantuvo con todos los sentidos atentos a los vinos y a las explicaciones.
Hasta el próximo curso.
Alfonso Fraile
Sumilleres de Cantabria Asociación Cultural
Las etiquetas no se corresponden con el titulo pero todas son de la misma bodega