Hemos Comido…en casa Cayo en Potes, si se le puede calificar de alguna manera esta sería insuperable y de rigurosa visita.
Diciembre 2010. Empezamos tomando un vinito en la barra antes de pedir mesa nos sirvieron un Lusia, nos consultaron si queríamos un caldo para ir entrando en calor y acto seguido nos pusieron una tapita de pescado frito muy buena, el caldo también muy bueno, el precio inmejorable, ya de entrada la simpatía y disponibilidad de los camareros me hacía suponer que la velada seria perfecta.
Pregunte por la disponibilidad de las mesas y la contestación fue que en un principio había pero que a partir de la 13:30 se tornaría difícil encontrar mesas libres. Decidí pasar al comedor y comenzar con la comida.
No era mi primera visita y ya había degustado con gran deleite parte de las especialidades de la casa, cocido lebaniego y lechazo asado así que decidí dejarme asesorar por el camarero, que me recomendó otras de las especialidades de la casa, sopa de ajo y callos.
Observe la carta de vinos, como presentación de la misma tienes los más representativos vinos de Cantabria en la primera página, cosa que observo por primera vez en un restaurante de la comunidad y que es de agradecer, haciendo patria como debe ser. La carta es bastante extensa encontrándose en ella los vinos más representativos de nuestro país. Luego pude ver una bodeguita donde se guardan gran cantidad de estos vinos.
Antes de comenzar a comer estuve hablando un rato con Cayo hijo, heredero de la tradición familiar y gran versado en su entorno de trabajo, que paso a enseñarme todo el local incluida la cocina donde se gestaban los manjares que después pasaría a degustar.
Comencé con una sopa de ajo, servida en sopera, para repetir lo que haga falta sin estrecheces. Muy buen sabor, con los típicos hilos de huevo flotando un buen sabor a ajo y pimentón y un leve sabor a perejil, hecha con pan de torta del tipico de Potes, deliciosa y racion pantagruelica.
Y de segundo la apoteosis, callos que para mí son palabra mágica y sobre todo si están hechos a mi gusto, y estos sí que lo estaban, de entrada la ración era descomunal, acompañado de unas patata fritas bien hechas y también generosas, callos frescos por supuesto con el toque justo de picante, salsa de marcado sabor y acompañados de unas verduritas prácticamente indetectables, de las que pude entrever zanahoria y cebolla, se veía también el laurel, compañero de la receta tradicional, pero sin marcar el sabor de estos, algo que por cierto aborrezco, vamos que los callos eran como «el quinto elemento» «perfectos», me costó acabar la ración y eche de menos acompañarlos de un buen vino lebaniego pues había que conducir.
Como bien me habían dicho el lugar empezó a llenarse a eso de las 13:45. En resumen el lugar es de los que pide a gritos volver por todos los aspectos, unas instalaciones muy buenas, con unas bonitas vistas, un personal de lo más profesional y amable, y unos precios que según mi entender mejores no podrían ser.
Calle Cántabra 6 Potes 39570 942730150 942730119 informacion@casacayo.com