Hoy nos hemos acercado a La Parrilla en Pontejos, con una oferta de brasa completa, todo o casi todo es a la brasa. No esperes un sitio con lujos, es más una tasca que un bar, a caballo entre un chiringuito de playa de los años sesenta y un chigre de los de siempre.
Me recuerda mucho a ciertos lugares gallegos de los que disfruté hace más de cuarenta años, de los que te podías encontrar en cualquier esquina, playa o prado, pero que merecían la pena y donde descubrí muchas sorpresas gastronómicas: empanadas, mariscos, raxo, zorza, churasco, etc…
En el aspecto de vinos no hay opción, solo hay uno, no te vuelvas loco pues aquí se viene a comer a la brasa.
Llegaba con los deberes hechos, había visto varias elaboraciones en internet. Comenzamos tomando unos pimientos rellenos de carne encebollada y queso, que en otras ocasiones están rellenos de verduras. Un pimiento asado a la brasa sin retirar la piel, ya que según nuestro anfitrión si se quita se desmorona.
Pimiento asado en su punto, la piel sale sola, el relleno jugoso y el queso añadido al final no marca la elaboración. Me han gustado, diferentes y si te descuidas con un pimiento comes.
A continuación, una buena ración de chorizo criollo con un chimichurri de la casa, nos ha gustado un montón a los dos, no es exactamente un chimichurri tradicional pero le va de cine al chorizo.
Para terminar una picaña estilo rodizio, pero con un punto español, no achicharrado como es la costumbre en Brasil. Buena pieza, jugosa, blandida y con el agradable sabor de la brasa.
Una estufa de las de siempre para que no pases frío.