Hemos Comido…en El Paraíso del Pas, un magnífico lugar con muy buenas instalaciones, pero que no termina de asentarse.
Junio 2018. Ha pasado por varias manos, ya que el sitio tiene un encanto especial, la única pega que tiene es que está a desmano, debido a esto disfruta de un amplio aparcamiento y es un lugar del que, haciendo buen tiempo, puedes disfrutar prácticamante todo el día en sus instalaciones.
Las instalaciones se encuentran ubicadas en un antiguo molino, donde han respetado bastante el formato original. Por supuesto que el río que alimenta al molino es el Pas, del cual toma el nombre.
Os he querido dejar unas fotos del entorno, pues la visita merece la pena y resulta un lugar muy preparado para acudir en familia, incluso para celebrar algún tipo de evento familiar.
Les pillé recién abiertos y con la carta bastante justa, el personal de sala tambien estaba un poco despìstado, pero enseguida se notaron ganas de hacer las cosas bien.
Comí con cerveza, una caña fresquita, para un día fresquito. Un buen acompañamiento para unas almejas, por desgracia no de Pedreña pues la almeja autóctona forma parte de la leyenda, ya que se ha sustituido en su mayoría por almeja de cultivo, japonica; la almeja fina es difícil de encontrar en la zona de la bahía.
Las almejas sí que estaban buenas, a la marinera, aunque dé lugar a discusiones, pero en mi casa siempre han llamado así a esta elaboración: harina, ajo y perejil, para acompañar al bivalvo y hartarte de untar. Estas, por cierto, estaban muy bien hechas y bastante buenas.
Para el segundo me dejé aconsejar por el oficiante, cabrito confitado. Algo similar a cabrito guisado, pero con un último toque de horno. Francamente bueno, hubiera preferido una parte con más de costilla pero me tocó la pata, que si la una tiene menos carne gana en sabor, es más fino según mi impresión.
Para terminar una tarta de queso muy especial, me rechifló. Cierto toque ligero a picón y gran sabor a mantequilla, muy buena. Otra tarta a tener en cuanta ahora que se ha puesto de moda la tarta de queso cántabra.
Tuvimos algún traspiés, como que se les olvidaran las patatas del cabrito, pero no me importó ya que la ración era generosa. El precio estuvo dentro de lo razonable.