Bodegas ORUJO DE LIÉBANA S.A. (ORULISA)  Indicación Geográfica Protegida Vino de la Tierra de Liébana.

Pum de Pumareña, elaborado por Sabino Quirós en Liébana, Cantabria. Sabino fue nombrado “vinatero de Liébana 2018” y por algo será.

En Pumareña, la parcela de Sabino, las cosas no son fáciles, un viñedo que tuvo que recuperar con azada y mulas, porque está en una pendiente que no admite mecanización. Sabino es todo un personaje, un adicto al trabajo y a las relaciones con los vecinos con quienes charla diariamente del suelo, del tiempo, de las labores del campo o del sexo de los ángeles; da igual. Merenzao, Bastardo, Albillo, Mencía, Palomino (aquí llamada Jerez) y Garnacha Tintorera; creo que son las uvas que conforman un vino tan especial. Y digo tan especial, porque fue probarlo y mi mente se fue a Liébana. Siempre quiero un vino me diga de dónde es y, en este caso en particular, te traslade hasta allí.

Color vivo y alegre, de capa media alta. Nariz compleja, donde los aromas del terreno te envuelven, fruta, naturaleza, roca viva. En boca me recuerda a los vinos que se hacían para consumo propio, para la familia; con buena acidez y buen paso de boca.

A PUM, algunos lo llamarían Vino de Garaje, producciones muy limitadas donde el vinatero se empeña en elaborar vinos auténticos, cuidados desde el cultivo de la uva, recogidos con mimo y limpieza, vinificando con procedimientos que respetan las características de cada uva y cada añada. Esta forma de trabajar, de concebir la vida,  permite disfrutar de gran riqueza de aromas, cuerpo y sabores; vinos muy exclusivos y realizados con gran pasión.

Este vino consigue reflejar las cualidades representativas (climatología, mineralidad del suelo, carácter de la uva…), de la Liébana profunda, e incluso ya a la segunda copa, de una parcela concreta, de Pumareña.

Ya sabemos que este año es raro de narices, como si no tuviéramos bastante con el coronavirus, ahora nos viene una plaga de black-rot o podredumbre negra de la vid; enfermedad que daña hojas, zarcillos, inflorescencias, pámpanos  y racimos. Un hongo que ataca todos los órganos verdes de la vid.

Hace dos días me llama Sabino para decirme que lo está tratando porque se ha juntado el calor, la humedad relativa, la humectación foliar y la lluvia; con gran riesgo de infección. Esto conlleva acciones rápidas, la poda de invierno, labrar la viña justo antes de la brotación,  desnietados y despuntes, así como los deshojados tras la floración y cuajado; favorecen la aireación de los racimos disminuyendo el riesgo de contaminación y favoreciendo la acción de los fungicidas permitidos en agricultura ecológica.

Si a este hongo le añadimos las avispas, los corzos, los jabalíes e incluso osos que han campado a sus anchas por la zona al no encontrar presencia humana, tanta cuarentena para los humanos.

En fin, que mucho ánimo Sabino, que vendrán tiempos mejores  para descansar con una copa de tu vino tinto PUM de Pumareña y una buena charla con los vecinos y amigos.

Por Alfonso Fraile

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