Vino de Mesa Blanco. Embotellado por Nieto de Máximo Bolado S.L.
Allá por el año 1870 Máximo Bolado fundó una bodega en Cantabria para comercializar vinos blancos y generosos, sobre todo. A día de hoy, la empresa pasó a denominarse Nietos de Máximo Bolado, aunque en su ya quinta generación.
Mi amigo Asís Martínez-Peñalver Obregón, uno de los nietos, me cuenta que todo nace en la provincia de Valladolid, más concretamente en la zona de Nava del Rey, con sus famosos blancos de la Nava; secos, sin mayor enjundia. Traídos en tren y en grandes botas de entre mil y dos mil quinientos litros, pasaban a criarse aquí bajo velo de flor producido por levaduras autóctonas, que son las que le confieren esos aromas y sabor tan particulares.
De esas botas aún conservadas se repartía en garrafones con una capacidad de 16 litros (una arroba) hasta las tiendas, bares o restaurantes, también a particulares, para rellenar aquellas barricas que tenían en un sitio oscuro en lo más hondo de su almacén. Por supuesto cada barrica confería además unos aromas y sabores diferentes, dependiendo de su conservación, de las levaduras locales, del cuidado a la hora de reponer el vino en ellas, de la temperatura y un larguísimo etcétera.
Son vinos blancos en torno a los quince grados, secos, con muchos recuerdos a frutos secos. Ideales para tomar uno o dos y echarte la siesta directamente, casi sin almorzar, tan solo con lo que hubieses picado en la taberna del pueblo.