Las jornadas de Calçot en Melly se han convertido en un clásico de la gastronomía en nuestra comunidad y más concreto de Somo.
Son una mera escusa para volver a este restaurante donde lo que prima es la calidad de los ingredientes y la estacionalidad, cocina de mercado, de cercanía y mucha tradición (Gastroterapia). Aprovechando que le acababan de llegar los primeros calçot de esta temporada nos acercamos a tomar unas raciones de estos.
Y ya que nuestra andanza gastronómica comenzaba por tierras catalanas nos ofreció Juán un porrón de cava. Hacía mucho que no usaba este artilugio tan utilizado antaño a lo largo y ancho de toda la geografía nacional y hoy en día en desuso.
El porrón es típico de Cataluña y Aragón, pero actualmente se encuentra extendido por todo el territorio español, es un recipiente de aproximadamente ¾ de litro que de forma tradicional contiene vino (empleado a veces para beber también cava), posee dos tubos prolongados: uno fino por el que sale el líquido y otro más grande por el que «respira» y que hace las veces de agarradero. El principio es muy similar al de la bota de vino. El vino que se pone en porrón es generalmente para ser compartido entre varias personas.
Los calçots los trae directamente de Valls, y los hace a la plancha, no a la manera 100% tradicional de esta localidad, entre otras razones por que sería un poco incómodo hacer una hoguera en el restaurante.
Y comenzamos comiendo los calçots, «mirando al cielo» y con babero como se toman en Valls. La textura es similar a un puerro, pero el sabor tiene una gran semejanza con la cebolla. Me gustaron mucho y las dos salsas que le acompañaban también, un suave ali oli tan típico de la zona mediterránea española, pero en esta ocasion hecho con leche y de la salsa típica de los calçots: romesco. Se sirven de la manera tradicional encima de una teja y las salsas también en los recipientes típicos para tal efecto, traídos para la ocasión de la zona de Valls.
La salsa romesco es una picada muy utilizada en Cataluña originaria,de la zona de Tarragona. Según algunas fuentes, su precursor es un plato marinero cuya base es un sofrito con tomate, ñora, pimentón y frutos secos. La salsa romesco admite muchas variantes, más o menos picante, con más o menos vinagre o más oleosa con un poco más de aceite.
El siguiente de la tarde, otro pruducto de temporada, alcachofas. Creo recordar hechas según receta malagueña, un poco de jamón, unas bolitas de pimienta y algo de pimentón. Una riquísima y untosa salsa y unas buenas alcachofas (producto de temporada en la que nos encontramos) , servidas enteras con tallo y todo, con hojas para chupar. A mucha gente no le gusta la dureza de las hojas del exterior, prefiere comerselas de un bocado, pero a mí me encanta raspar con los dientes la carne de las hojas y de esta manera sacar la carne que queda en ellas desechando la parte más dura de la hoja. También he podido observar que a mucha gente no le gusta los tallos por su marcado sabor a clorofila, pero a mí me siguen encantando.
La ración buenísima y un nuevo descubrimiento de elaboración de las alcachofas.
Y para terminar una ensalada de bacalao con pimientos asados de Isla. Una especie de milhojas de capas de pimiento pochado y bacalao crudo acompañado de un aceite con un potente sabor a arbequina y algo de eneldo. Este plato resultó pecaminoso, si algo esta tan bueno seguro que es pecado, o engorda. La temperatura de los pimientos le regalaba calor al bacalao y algún que otro jugo fruto de la cocción, lo que sumado al aceite resulta un conjunto delicioso de sabores, este plato fue una autentica revelacion. No te lo puedes perder.
Resumiendo, las jornadas son únicamente un reclamo o escusa para volver a Melly, donde sabes que vas a triunfar con una cena marcada por la calidad del producto. Al final nos bebimos la botella de cava, porrón a porrón un Parxet Tiana. Un cava muy pálido con reflejos verdes, burbuja muy fina y persistente bastante más marcada por tomarlo en porrón. En boca es fresco, ligero con bien de aguja debido al recipiente y la manera de tomarlo, pero así todo no agresivo.
Un triunfo de cena, y antes de que alguien me pregunte no se lo que costó, pagó el otro comensal.
Por El Mule