Hemos Comido…en uno de los restaurantes de más renombre de la provincia de Zamora y después del chasco del día en Zamora capital La Viuda nos quitó el mal sabor de boca anterior.
Septiembre 2010. La realidad es que en mi viaje a Zamora me quedé bastante sorprendido del abandono de las tradiciones gastronómicas de esta zona de Castilla. Me explico, lo tradicional de esta cocina: escabeches, los guisos de cuchara tan típicos de este área geográfica, a caballo entre el ibérico de la zona de Salamanca y la caza de Castilla, conejo, liebre, perdiz, codorniz, pichón y un largo etcétera.
Hacía muchos años que no venía por estas tierras, mi abuela nació en Toro y de pequeño venía todos los veranos. Lo he encontrado muy cambiado y muy abandonadas las tradiciones, no solo las gastronómicas. En lo referente al vino pasa algo parecido desapareció el antiguo Sangre de Toro, comprensiblemente por la falta de demanda debido a la dureza del mismo, pero era un vino que a mí me encantaba, sobre todo para acompañar a la caza. En su lugar han aparecido cantidad de bodegas que elaboran unos vinos de excelente calidad, pero completamente distintos a los originales de la zona.
Este restaurante nos lo recomendó Fausto de La Sal, había trabajado en él antes de desplazarse a Santander, el sitio merece la pena en todos los aspectos. En la barra y antes de cenar nos tomamos un vino de Toro Finca Yerro que tenía seis meses de barrica, muy bueno. Había una larga lista donde elegir, una carta de vinos impresionante, bien conservados y bien servidos, luego en la cena continuamos con el mismo. Nada más entrar te recibe el chef, un local muy bien decorado y de formas limpias sin recargos, buena luz, pero eso sí, bastante calor para nosotros, pues los lugareños se encontraban perféctamente con esa temperatura. Había aire acondicionado pero estaba apagado y nadie demandó del mismo excepto nosotros ya a mitad de la comida.
Nos presentan la carta y las excepciones fuera de la misma. La carta en la misma onda que las que habíamos contemplado anteriormente, mucho pescado y poca cocina zamorana, después de la cena y hablando con el chef, nos resumía todo en la falta de demanda de la misma y en que en toda la provincia solo hay un sitio, muy cerca de Villalpando donde se dedican a ello y que es altamente recomendable.
Algo que me sorprendió y me agradó mucho fue la posibilidad de incorporar en el menú las tapas que tienes en la barra, por cierto muy extensas en numero y todas recién hechas. El servico es muy atento y dispuesto en todo momento.
Nos sirvieron de aperitivo de bienvenida una mini tosta de pimiento del piquillo con anchoa sabrosa y suave.
El pan típico de Toro, una mini torta que a mí me trae muchos recuerdos y me encanta.
Comenzamos con unas tapas de la barra que nos llamaron bastante la atención, salmorejo con flamequines, algo típicamente cordobés. El salmorejo muy bueno, acompañado de huevo y jamón y de un muy sabroso aceite cacereño, dos mini flamenquines, muy buenos de sabor y textura, crujiente y sabroso, una tapa altamente recomendable.
Compartimos un carpaccio de solomillo con queso de Toro. El aspecto en un principio se me hizo como muy homogéneo, lo que no me gustó en exceso, pero al probarlo cambié de opinión inmediatamente, gran sabor del solomillo acompañado del queso de Toro, un queso de oveja de fuerte de sabor, perfecta combinación con la carne y acompañado de un aceite Cacereño, el mismo que acompañada al salmorejo, suavecito de arbequina y que no le restaba ningún merito a la combinación anterior.
De segundo no sabíamos que pedir así que nos decidimos por dos fuera de carta, gambas de Huelva en tempura y atún de almadraba, Yo tome el atún, hecho como el solomillo, atún excelente acompañado de un pisto muy sabroso el plato me encantó, la única pega que le encontré fue que el atún estaba dividido en dos trozos, yo lo hubiera preferido en uno, vamos, un único trozo más ancho, por lo demás el plato excepcional.
Mi acompañante se tomó las gambas de Huelva que le parecieron excepcionales acompañadas de unas patatas chip y pimentón, pero las hubiera preferido a la plancha, solo las preparaban en tempura y al ajillo.
De postre tomé una tarta de queso muy sabrosa acompañada de una mermelada casera muy buena, me gustó.
En resumen, el lugar tiene una merecida fama, es de los que no desmerecen, la carta de vinos es impresionante, el servicio inmejorable así como las instalaciones. El precio bueno, dentro de lo esperado. Esperamos repetir.
Calle Rejadorada, 7 Toro Zamora 49800 980691581