Hemos Comido…en La Guisandera, al poco de inauguarar sus oficinas Fun&Food nos acercamos pues esta a tiro de piedra, creo que vamos a ir muy a menudo.
Septiembre 2012. Cada vez que me acerco por este lugar no puedo dejar de alabar la maestría de los guisos de cuchara, la imaginación de los menús y la calidad de la comida en general.
Comencé con un zancarrón de vaca de Reinosa con arroz. Un arroz sabrosísimo, con un fondo delicioso y acompañado de una carne que se deshacía en la boca y blanda a más no poder. Un plato exquisito. Con el arroz acompañaban unos guisantes frescos y varias verduras, buenísimo.
De segundo albóndigas con habas baby y patatas. Unas deliciosas y jugosas albóndigas, acompañadas de unas ricas habitas y unas patatas un tanto atípicas, pero no por ello dejaron de estar buenísimas. La salsa de las tradicionales y buenas, vamos, para no terminar de untar.
En esta ocasión no pude llegar al postre. El sitio aparte de la calidad obstenta a mi entender uno de los mejores menús de nuestra capital.
Hemos Comido…en La Guisandera con Juán, hacía bastante tiempo que tenía ganas de volver, sobre todo por sus platos de cuchara. No defraudó lo más mínino, salimos encantados.
Abril 2012. Comenzamos mirando la carta de la que nos apetecía prácticamente todo, pero cuando nos cantaron el menú del día decidimos tomar partido por este debido a lo bien que sonaban todas las cosas. Resultó de nuestra entera satisfacción. La oferta es muy amplia, comienza con un menú Palacio compuesto por langostinos a la sartén con salsa roja, revuelto de pulpo, arroz caldoso con langosta y un postre de la casa. El menú del día compuesto por cinco primeros, cinco segundos y un postre casero y un precio entre semana de catorce euros. Y por último la carta, bastante extensa y sorprendente. Una muy variada carta de vinos con la mayoría de las denominaciones de orden nacional y algún que otro guiño al extranjero. En resumen, la oferta es amplia y de calidad.
Decidimos pedir en conjunto y compartir todas las opciones. De primero Juán pidió arroz con mejillones, le gusto muchísimo y como lo compartimos también tome parte de ello yo. El arroz caldoso sabia a auténtico mejillón, bastante sabor pero sin cansar, algo cocinado pero que muy requetebién y con muy buen gusto, perfecto.
Y vamos con mi primero, alubias con setas. Alubia blanca suavísima, con buena cantidad de diferentes tipos de hongos y bañadas de su sabor. Un guiso sorprendente a la par que exquisito, Juán tomó un par de cucharadas y le gusto tanto como a mí. Algo cocinado «con mucho amor» y una buena calidad de ingredientes.
Dentro de los segundos yo tomé chuletillas de lechazo con ajitos fritos, pimientos y patatas. Unas chuletillas muy bien fritas, riquísimas y acompañadas de unos pequeñísimos y muy fritos trozitos de ajo, que aportaban buen sabor. Los pimientos que acompañaban también muy buenos, las patatas no muy allá pero comestibles.
Mi acompañante tomó zancarrón de ternera. Solo había que verlo para determinar que estaba buenísimo y así resultó en el momento en que lo probé. Se deshacía y estaba perfectamente aderezado. Estos guisos suelen estar bastante fuertes de sabor, este en concreto estaba perfecto.
De postre pedimos una ración de tarta de choclate y otra de tarta de tiramisú que compartimos, las dos caseras y las dos buenísimas. Yo bebí una cerveza Alhambra, y Juán tomó agua.
El lugar merece la pena lo mires por donde lo mires, tienes un amplio abanico de posiblidiades. El servicio es muy bueno y el precio también. Me parece que vamos a tardar poco en voler.
Hemos Comido…en este restaurante, la primera vez a regañadientes invitado por un proveedor, pero nada más comenzar la comida mi opinión cambió radicalmente.
Hay determinados restaurantes que deberían llamarse mejor casa de comidas, porque en ellos merece la pena dejarse llevar por las sugerencias y por los platos que se elaboran cada día. En el caso de La Guisandera, establecimiento que puede presumir de contar con una cocina casera, tradicional, ‘auténtica’ en la que se nota la pasión que su jefa de cocina. Cada día se ofrece un menú en el que no faltan los platos de cuchara y los guisos, las carnes y los pescados, y los postres caseros.
Las alubias ecológicas, traídas en exclusiva para La Guisandera desde El Barco de Ávila. Los jueves, el potaje sale de una moderna olla ferroviaria que se sitúa en pleno comedor para que los clientes puedan contemplar los resultados antes de entrar a matar. Pero, la oferta no concluye aquí, la carta es extensa y muy completa, habiendo platos donde la creatividad se pone de manifiesto, caso del carpaccio de pulpo con foie, los champiñones de foie, los langostinos en salsa roja, el revuelto de merluza, rape y caviar de oricios, los buñuelos de bacalao, las habitas tiernas con maganos o los pimientos rellenos de jabalí. Las alubias de Barco de Ávila, un producto exclusivo que Carlos consigue cada año de un productor ecológico y que otorga a los guisos un sabor y una textura cremosa inconfundibles.
La carta del restaurante La Guisandera es variable y cada día se prepara un potaje diferente, siempre elaborado con productos seleccionados y de primera calidad, como las alubias del Barco de Ávila, los caricos de Noja o la verdina de Asturias. Además de las diferentes variedades de alubias, entre los primeros platos se cuenta el arroz en sus múltiples variedades, como el arroz con almejas o la paella (esta última también se sirve para llevar a domicilio previo encargo). Entre los segundos platos de La Guisandera destacan las carnes (de Uco de Reinosa, chuleta, entrecot, carrilleras o rabo de toro) y los pescados frescos del Mar Cantábrico. En cuanto a los postres, todos son caseros y destaca sobre todos los demás la tarta de queso mientras que en los vinos la preferencia es para los Rioja.
Fuimos a La Guisandera un viernes muy lluvioso de diciembre. Aun así estaba hasta los topes, cantidad de gente que trabaja por la zona, disfrutando del plato del día y otros desplazados hacia esta zona para única y exclusivamente comer .Esperamos unos minutos a conseguir mesa mientras bebíamos unos vinos en la barra. Comenzamos con un carpaccio de pulpo con foie, algo totalmente distinto a la par que exquisito, y el revuelto de merluza, rape y caviar de oricios, con la boca abierta me quede y todavía sigo, la verdad es que me está bien, por protestar yendo invitado. La comida al final fue un compartir todos los platos pues los segundos también los compartimos y consistieron en las habitas tiernas con maganos y pimientos rellenos de jabalí, todo exquisito, me llamo la atención las habitas, algo difícil de encontrar en esta comunidad. Al final tuve que darle la razón por todo a mi acompañante, pues el servicio muy bueno y amable, la comida muy mimada y abundante, todo el servicio con ganas de explicar lo que hiciera falta, el precio por lo que me dijo el que pagaba muy bueno. El lugar muy recomendable.
Avenida de la Reina Victoria 27 39004 Santander 942361250
Jornadas del magano
El menú se complementa con cinco platos soberbios en su elaboración y en la combinación de sabores: ‘maganos a la plancha con ali-oli’, ‘maganos rellenos en su tinta’, ‘maganos estofados con centro de verduras’, ‘huevos escalpados con patatas y maganos’ y ‘pimientos rellenos de maganos’. En definitiva, una oferta amplia y variada que debe culminarse con uno de los numerosos postres caseros que ofrecen en su repertorio.
Estas jornadas que se caracterizan por conseguir una delicada y cuidada elaboración, de todos los platos, combinan lo tradicional con lo moderno y alcanzan una notoriedad sobresaliente. Los platos de magano tendrán el reconocimiento de los amantes de la buena cocina, en la que se aglutinan los condicionantes suficientes para alcanzar una plena satisfacción.