Hemos Comido…en La Cueva en el restaurante La Partera, una casona algo escondida entre urbanizaciones en la zona de Castañeda.
Abril 2018. El lugar lo descubrí gracias al sello que le otorgó Valles Pasiegos, y me llamó la atención. La Asociación para la Promoción y Desarrollo de los Valles Pasiegos concedió su distintivo de ‘Calidad Rural al restaurante La Partera, ubicado en la localidad de La Cueva, en el municipio de Castañeda, por ser «un referente en la innovación en base a alimentos de toda la vida, con menús cuidados y una excelente calidad humana en la atención, además de su compromiso con el territorio, la economía de su entorno y el medio ambiente».
El establecimiento cuenta con una zona infantil y basa sus platos en una cocina de mercado actual, con productos elaborados con sencillez y cariño. En su carta se pueden encontrar tablas de quesos de Cantabria, entre los que destacan los pasiegos, su oferta en carnes y pescados, así como una oferta de postres caseros utilizando productos de la zona.
Abierto desde 2006, el restaurante La Partera ocupa la planta baja de una antigua casa de piedra del siglo XIX. Un pequeño jardín rodea de forma parcial la casa donde en verano se instala una terraza.
Entre sus especialidades destacan: chuletón de vaca pasiega a la piedra, caramelos crujientes de morcilla con compota de manzana, crema de calabacín con virutas de queso, merluza rellena de langostinos y verduritas, carrilleras de ternera con coulie de frambuesas, tarta de queso paisiego con mermelada casera.
Tiene un menú diario de 16,50€ y un menú fin de semana. Opté por elegir algo de la carta, en la que se podían apreciar los diferentes alérgenos que componen las elaboraciones, entre ellos el gluten.
Mientras esperaba me pusieron unas aceitunas rellenas, de las que di buena cuenta. Por cierto, a lo largo de toda la comida fui el único comensal que se acercó al restaurante.
De primero tome unos pimientos rellenos de bacalao. No me gustaron nada, tenían cierto toque ácido que no me sedujo lo mas mínimo y el relleno era una pasta sin tropezones, carente de sabor. Supongo que la acidez la aportaba el tomate, que a todas luces se notaba que era casero, una pena.
En el segundo las tornas cambiaron, unas albóndigas de solomillo. Muy jugosas y sabrosas, los que me leeis sabreis que soy un vicioso de las albóndigas. La salsa que las acompañaba estaba para acabar el pan y de hecho lo acabé, con unos piñones que resultaron también un grato acompañamiento.
Junto a las albondigas unas patatas muy buenas. Este segundo plato enderaza la ruta inicial de la comida.
De postre tarta de queso. Otra elaboración que resultó extraordinaria, muy vaporosa y acompañada de arándanos en su interior que aportan un toque diferenciador con el resto de tartas de queso que se sirven en otros lugares. Diferente y muy buena.
El precio resultó bueno, aunque habría resultado mejor si los pimientos del primer plato hubieran estado de otra manera. El lugar tiene un enfoque familiar de fin de semana y vacacional. Habrá que volver en otra ocasión para profundizar un poco más y tomar alguno de los elaborados por los que le otrogan el sello.
La Cueva 40 Barrio Las Huertas Castañeda Cantabria