Hemos comido…en este local situado en el mismo Puertochico y concurrido por todos los mules, donde solemos iniciar las celebraciones navideñas.
Está diferenciado en tres partes, barra, comedor y terraza. La anterior dirección del local, antes conocido como Celis, era un lugar muy frecuentado por los amigos desde pequeños, nuestros padres controlaban desde la terraza de Celis lo que hacíamos en la plaza, aunque no venga a cuento, era uno de los locales míticos de Santander, no por su tipo de cocina si no por sus famosas partidas de poker y por estar abierto a todas horas, si querías tomar la última copa estaba abierto, si querias desayunar pues también. Bueno, una vez contada la batallita vamos al grano. El local regentado por Carlos Gómez, elabora una cocina de mercado con muchas ganas de innovación. Yo no he comido nunca de mesa pero he saboreado la mayoría de los pinchos y raciones que prepara. Raciones de mejillones como en muy pocos sistios se preparan, rabas de calamar o peludín, pincho de atún, gamblas plancha, revuelto de erizos, foie con habitas y un largo etc.
La problemática de todos estos locales con ganas de innovar es que su mayor fuente de ingresos son la barra y el paladar siempre es tradicional, y la gente que tiene dinero para pagar unas raciones o unos pinchos suele ser tradicional en el comer, siempre he pensado que si la gente se arriesgara un poco a la hora de pedir la cocina española se situaria internacionalmente muy por delante de lo que ya está.
La carta es amplia, y la cocina muy buena, el personal tanto en barra como en la terraza o el comedor anda siempre detras tuyo, por si necesitas algo el servicio es muy profesional, por muy lleno que esté el bar siempre va a aparecer una cabecita preguntando que deseas.
Carlos Gómez es una persona accesible con la que puedes hablar y comentar cualquier cosa que creas oportuna y siempre está vigilante de que el restaurante se mueva con rigor.
Del dueño del restaurante y chef realiza una cocina «sencilla» y basada en un «buen producto».
Las instalaciones de este local dividido en dos plantas y que cuenta con una «amplia» y «estupenda» terraza, bar con una «cómoda barra» con variedad de pinchos y raciones y un comedor «perfectamente» instalado.
De la bodega nos informa de que posee unas 100 referencias a precios muy «contenidos».
La cocina elaborada en este restaurante es de «calidad» y de «cuidada» presentación. Poseen una carta «reducida» y «muy bien» trabajada de unos 25 platos y destaca recetas como los «exquisitos» huevos rotos con foie y patatas, las «excelentes» alcachofas con habitas baby, foie y jamón ibérico, los «estupendos» esparragos trigueros con jamón, salsa holandesa y queso o sus «recomendables» pescados frescos de captura salvaje.
De los postres todos «caseros y de bastante buena calidad», menciona el «rico» sobao borracho con helado casero de violetas.
Poseen un menú degustación «excelente» fórmula para degustar varios platos y hacerse idea del «buen nivel de cocina» de esta casa.