Agosto 2011. éramos tres. Bajamos con intención de tomar el menú del día en sábado, pero no había nada que nos volviera locos, así que pasamos a la carta, al final comida excepcional. Nos sirvieron un aperitivo bienvenida consistente en unas verduras envuentas en pasta brick, increíblemente bueno.
Compartimos un primero consistente en pulpo, con patata y pimento, la mayoría de la gente lo llamaria pulpo a la gallega pero no es exactamente un pulpo a feira, es algo más duro y la patata no en cachelos, como se ha venido haciendo en Cantabria desde hace tiempo, el pulpo usado para estos guisos «no para el plato que pedimos» era el proveniente de la costa de Cantabria un pulpo pedrero pequeño y duro como una piedra producto de pasarse la vida luchando con la rompiente.
Y en lo referente a los segundos, mis acompañantes tomaron una brocheta de rape, santiaguiño y langostinos, acompañada de un suave ali oli, de tamaño descomunal y hecha de la manera por la que se caracteriza este local, Jesús le da un punto al pescado que no lo he visto en ningún otro restaurante, vamos una brocheta «PERFECTA».
Yo tomé lomo de atún con salsa de soja y wasabi el punto del pescado «PERFECTO» el tamaño de lomo brutal, de hecho no pude con todo, el sabor buenísimo, además este wasabi no era como al que estoy habituado, era algo más picante y con cierto sabor algo distinto, me encantó, una ración muy recomendable.
Ya dentro de los postres yo tomé torrija de sobao pasiego, una de las especialidades de postres de la casa y de lo más recomendable. Otro de los comensales helado de mandarina, muy bueno según ella.
En resumen, el lugar sigue como siempre, la cocina increíblemente buena, el producto de lo más fresco del mercado, la atención del personal buenísima y el precio de lo más razonable.
Agosto 2011