Vuelve uno de los concursos más importantes de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria, junto a la Consejería de Industria, Turismo, Innovación, Transporte y Comercio.
A mí particularmente es el que más me gusta de todos los concursos gastronómicos de Cantabria. Tras dos años de parón a causa de la pandemia, ha vuelto uno de los concursos más importantes y más populares, para esta edición se han presentado 37 establecimientos. El concurso, como suele ser habitual, ha tenido tres categorías diferentes: cocido montañés, cocido lebaniego y guisote.
La final tuvo lugar en Las Carolinas. Los miembros del jurado, en su mayor parte miembros de la cofradía de los cocidos de Cantabria, lo tuvieron muy complicado por el alto nivel de los guisos presentados. Por cada categoría había tres miembros del jurado, los cuales han tenido que puntuar cada plato del 0 al 10 en diferentes valoraciones.
Los ganadores van a poder disfrutar de una experiencia gastronómica y una jornada de convivencia en uno de los siguientes restaurantes: El Nuevo Molino, Solana y La Casona del Judío.
En la categoría de cocido montañés, tras la Parrilla Fogón se situó Mesón San Cipriano de Mazcuerras, y El Diocesano de Santander. En la disciplina de cocido lebaniego siguieron a Picos de Europa, Cafetería Nisio y Edith (Potes) y Casa Mariano (Santander) y en el apartado de guisote después de La Flor de Tetuán se situaron los establecimientos La Ventaba (San Román, Santander) y La Lola (Cueto).
El presidente de la Asociación, Ángel Cuevas, en la introduccion a los premiados comentaba lo siguiente: “No es sólo un concurso, es volver a disfrutar del recuerdo de niños cuando nuestras abuelas y madres preparaban con gusto y cariño estos platos”. Se espera que a raíz del concurso se vuelva a poner en valor este tipo de comida y que cada año se apunte y puedan disfrutar de los platos de cuchara.