Era sábado 2 de marzo, y qué mejor para dar la bienvenida al mes que ir comer fuera.

En esta ocasión tuve el placer de ser acompañada por una chica brasileña, con la que vivo y que es un encanto. Tenía apuntado este restaurante en mi lista de sitios pendientes y ella, que no está acostumbrada a este tipo de comida, quiso probar experiencias diferentes.
Todo lo que pedimos fue sin gluten, para que no hubiese problema de contaminación cruzada en la mesa, pese a que los platos principales no les íbamos a compartir, ya que nos ubicaron en una un poco pequeña. Da gusto ir a comer con alguien tan concienciado con el tema, se notaba que ya había ido con anterioridad a algún que otro restaurante a almorzar con algún conocido que comparte mi mismo problema.

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Al igual que en anteriores ocasiones elegimos en menú “3 Courses”. El problema de comer en esta ciudad es que los platos en algunas ocasiones son muy caros, sobre todo los principales. Todo depende de sitio a donde vayas, como es lógico. Pero no todo el mundo disfruta tanto de la gastronomía como la presente escritora del artículo, y si uno va acompañado es mejor elegir esta opción, así luego no hay sustos cuando traen la cuenta.

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En la última comida que hice tomé el puré que siempre parece estar ofertado en este tipo de menú y me encantó, por lo que me animé a pedirle también en esta ocasión. Esta vez era de setas silvestres, queso parmesano, aceite de trufa y enoki en escabeche. Estaba bien, pero tampoco era para tirar cohetes.

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El otro entrante para compartir fue una especie de foie de pollo con cebolla caramelizada, pasas y nueces. La verdad es que estaba muy rico, ambas coincidimos que fue lo que más nos gustó.

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El plato que elegí para mí fue un popurrí de verduras. Recuerdo que tenía pimiento, calabacín, cebolla y espárragos trigueros. Estaba realmente delicioso. En un principio en la carta ponía que, aparte de complementarlo con la ensalada, el plato venía con cus-cus, que fue la razón principal por lo que lo pedí (normalmente es algo que tiene gluten y me dijeron que sin problema). Y, hasta que no me lo trajeron a la mesa, no me avisaron de que no podía comerlo, pero bueno. Las patatas estilo Pont Neuf, así de gruesas cortadas, es algo que me encanta, así que me quede más que satisfecha con el cambio.

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Mi amiga venía con mucha hambre y prefirió comerse una hamburguesa. Me la dejó probar y, honestamente, sí que hacía la competencia a los otros sitios donde las había probado anteriormente, estaba muy buena. En la carta se puede encontrar con el nombre de “Sixty6 Burger”. Los ingredientes, a parte de la carne, eran queso chédar, tocino ahumado, chutney casero, cebolla, tomate y lechuga. Además venía acompañada con unas patatas iguales a las que me sirvieron a mí y salsa ali-oli.

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De postre elegimos la tarta mundialmente conocida como “tarta de chocolates”. Para los que no tengan el placer de haberla comido antes, se trata básicamente de tres capas de chocolate (negro, con leche y blanco). Esta iba acompañada de helado de chocolate belga. El otro postre fue un crumble de manzana con moras, fresas y helado de vainilla.

Me encanta ver que tengo opción de comer y elegir postre, ya que los tres que ofertaban eran sin gluten, y aún más si es tarta, pero en esta ocasión volvería a pedir el crumble sin dudarlo. Estaba espectacular, el efecto frío del helado con la base caliente de manzana cuando se fusionaba era realmente fascinante.

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El servicio durante la comida fue un poco lento, tuvimos que pedir en dos de los platos los cubiertos ya que se olvidaron de ello y en una de las ocasiones finalmente los cogimos de la mesa de al lado porque no nos hacían mucho caso. No había mucha gente en el restaurante en ese momento y tanto en bares como en restaurantes hay una lista de prioridades, tengo entendido que atender al cliente cuando se requiere es una de las primeras.

En lo que respecta al ambiente, era bastante agradable y se encuentra muy bien situado en la zona céntrica de la ciudad.

Una cosa que no había mencionado hasta ahora es que la propina que se supone que se debe dejar es de 10% de lo consumido. Desde mi punto de vista, esto no debería de ser así, ya que dependerá de lo satisfecho que quedes, el trato y servicio que recibas y, por supuesto, la condición económica de cada uno.

Por Berta

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