Hemos Comido…en Tox, un municipio en el extremo occidental de Asturias, en Regueiro, un lugar de moda en el Principado.
Abril 2017. Este artículo sale tan tarde por que me lo he meditado mucho, pero este tipo de locales forman parte de los que yo entiendo como profesionales y como tal merecen una crítica constructiva, han de ponerse las pilas no vivir en el limbo. Para empezar diré que hacía mucho que no comía tan ridiculamente poco en un restaurante, tan caro y tan mal, me sorprendió pues venía recomendado como uno de los grandes de Asturias.
Las instalaciones son buenas, un antiguo chalet que mantine todo su encanto, maderas y decoración original.
El chalet oficia también como hotel, con unas pocas habitaciones.
Tomamos el menú degustación Diego Fernández pues mi acompañante no tenía ganas de comer otro menú superior de más entradas y no se avenían a servir dos menús diferentes en la misma mesa.
Croquetas de bechamel con jamón. Dos croquetas, una por comensal, desde luego que de esta no reventamos, muy normalitas, mejores las he comido en otras ocasiones. Por cierto una por comensal aún habiendo avisado que uno de los comensales era celiaca.
Guiso de patatas y cocochas en el wok, con ajíi panca, lima y galanga. Seguimos con las raciones minimalistas, ridículo el tamaño, además solamente sabía a lima, ácido como él solo. Una ruina por ahora.
Gamba roja a la brasa. Una por comensal como no podía ser de otra manera, se han tomado al pie de la letra el concepto de que es más sano y se asimilan mejor los alimentos quedándonos con un poco de hambre al fin de la comida, comiendo aquí con asiduidad íbamos a estar sanísimos. Eso sí, la gamba era espectacular, sabor subido, textura perfecta y punto justo; si hubiera habido alguna más quizás podría puntualizar algo más.
Salad papaya, naranja amarga y quijada de atún a la llama del wok. Un diminuto bocado con un toque cítrico que empaña al atún, aunque se puede retirar y tomar este último solo. A esta alturas ya el tamaño de las raciones nos producía risa, por no llorar.
Cochinillo y pez mantequilla al jugo ibérico y su oreja frita a la barbacoa. Esta vez os dejo una foto del plato completo por si quereis haceros una idea del tamaño, solo faltaba una lupa en vez de un cubierto, en estos momento es cuando toma vida el monólogo de mi admirado Leo Harlem cuando le pregunta el camarero : «¿El señor como encontró la lubina? De milagro, debajo de una alcaparra.»
A estas alturas ya ni me planteo el como de la elaboración, estoy deseando irme pues me resulta ridículo el seguir en este lugar.
Avellanas, café y leche quemada. Bueno pues no me gustó nada la última de las elaboraciones del Chef Diego Fernandez Iglesias, que aún siendo un poco más grande de tamaño en esta ocasión, sabía a leche quemada, y por mucho que este de moda a mí no me gusta nada.
Al final pagamos y nos fuimos. No solamente fue la comida, la ceremonia no estuvo a la altura, entre plato y plato pasaba un rato eterno, de hecho entramos a primera hora y salimos tardísimo, el personal debia de ser de reciente incorporación y no estaba la altura, y se oia un follón de gritos y malas palabras en la cocina cada vez que se abría la puerta que daban ganas de irse, todo un poema.
Tox s/n 33793 Villapedre Navia 985648594