Hemos Comido…en La Caseta de Bombas, en la Fenómeno, San Martín de Bajamar, antiguos astilleros y dique de Gamazo.

Junio 2017. El dique toma el nombre del político Germán Gamazo, fue un abogado y político español, ministro de Fomento durante el reinado de Alfonso XII. La tradición marítima de Santander se remonta a más de dos milenios, constituyendo un puerto logístico para la formación de armadas y una modesta población de pescadores y comerciantes hasta que, a mediados del siglo XVIII se produce un incremento espectacular de la actividad mercantil.

Restaurante asador la caseta de bombas Santander

Una tradición en la que se incluye una gran parte de mi familia, uno de mis abuelos fue herrero en El Astillero, dedicado a la construcción naval. Mi padre hasta su jubilación ejerció de jefe de máquinas en la marina mercante y mi hermano es capitán en activo también en la marina mercante.

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El dique de Gamazo se encuentra en el puerto de Santander, en un terreno ganado al mar entre la península de San Martín, las peñas de Dos Hermanas y la actual bocana de la dársena de Molnedo, adosado a la parrilla del varadero y orientado en sentido este-oeste. Se comenzó a construir en el año 1884, terminándose en 1908. El antedique se construyó en 1905 y en 1906 y 1907 el asiento y el barco puerta, realizándose en 1907 la verja modernista de cierre de hierro forjado. El carenero «parrilla» se construyó adosado a la banda sur del futuro dique y se finalizó en 1887. La casa de bombas daba alojamiento a una caldera de vapor de agua que alimentaba dos pequeñas máquinas para el achique. El tiro del hogar lo suministraba una alta chimenea de sección octogonal. En la cabecera del dique se situaría una grúa de vapor con caldera incorporada. Las dos estructuras anteriores son ya inexistentes.

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Esta construcción de la Junta de Obras del Puerto estuvo dando el servicio para el que estaba destinado durante ochenta años, en los que pasaron por él cientos de barcos de todo tipo para reparaciones, inspecciones, labores de mantenimiento o construcciones.

En 1918, durante la Primera Guerra Mundial, recaló en el dique un U-Boot alemán para que se le repararse. Dicho submarino era el UC-56 que permaneció el resto de la guerra en Santander.

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En esta ocasión vengo a relataros dos comidas, en concreto una comida y una cena, pues comiendo solo en este nuevo local quedé para cenar al poco con otro comensal que quería hacer tertulia a lo largo de una cena.

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Tiene que quedar claro que el lugar por sí solo es un lugar de disfrute, donde puedes comer y a la vez ver salir la regata, observar la bahía y su continuo ir y venir, su actic¡vidad, y si es de noche disfrutar del paisaje nocturno donde las luces destacan en la oscuridad. Y claramente disfrutar gastronómicamente hablando de una buena oferta de producto, marinera y muy de cercanías.

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En la carta, con más de 45 platos, hay productos como caldereta marinera, carnes de Cantabria además de la carne ecológica de la cooperativa cántabra Siete Valles de Montaña; pimientos rellenos, arroz marinero, rabas, quesos cántabros, salpicones en varias versiones y almejas a la sartén, entre otros.

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De primero comencé con un salpicón muy tradicional: rape, langostinos, pulpo, huevo, cebolla y pimientos, el más clásico y el que más me gusta, si los productos son de primera, que lo eran. Todo ello regado con un aceite de oliva virgen bastante neutro para no ensombrecer los ingredientes básicos. Recomendable.

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De segundo mi gran descubrimiento de la tarde, caldereta de lubina. El «no va más», un auténtico guiso marinero las patatas a la antigua, un guiso imposible de encontrar por los alrededores, único, con el añadido del pescado a última hora tras pasar por la brasa justo de cocción y único. La caldereta mejor imposible, hoy tocó lubina, mañana quizás cabracho y pasado cuco, a saber, depende de la lonja, pero siempre de la lonja.

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Crema de limón de Novales, un final acidillo perfecto para una buena comida a la vista de la bahía.

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La cuenta, la siempre inevitable cuenta, algo elevada pero si nos fijamos el precio de las raciones no es deshorbitado, el lugar, las instalaciones, la calidad hacen un correcto RCP a mi modo de ver las cosas. 

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Y por la noche: 

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Al margen de lo gastronómico, se han seleccionado varias fotografías antiguas sobre el Dique de Gamazo del Archivo General del Puerto y el Centro de Documentación de la Imagen de Santander que estarán expuestas en las paredes de La Caseta de Bombas, con el fin que los visitantes puedan conocer la historia del Dique de Gamazo, que en su momento fue una de las construcciones navales más importantes de su época.

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Como centro de la cocina una parrilla Josper de última generación. Josper es el Rolls Royce de los hornos-parrilla, en este lugar en donde se gestan los pescados recién salidos de la lonja y las carnes provenientes en su mayoría de Cantabria.

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Siempre dentro del grupo DeLuz, como buque insignia, el producto de Cantabria de primera calidad, verduras, carnes, pescados quesos, limones y un largo etc. 

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Algo muy importante para mí, el pan, en este caso pan de una de mis panaderías favoritas, pan de Vieda. La panadería de Vieda, fue creada desde 1983, ubicada en el pueblo de Vieda, en el municipio de Cabezón de Liébana, está especializada en la fabricación de pan de leña.  El horno utilizado es de leña y giratorio con piso de barro refractario que le da al pan esa característica y sabor artesanal. 

Utilizan harinas de alta calidad realizando dicha elaboración de manera artesanal, con fermentaciones lentas y un alto porcentaje de levaduras naturales (masa madre) , evitando impulsores y demás aditivos , así como fermentaciones forzadas (cámaras de fermentación) . Esta es la única manera de conseguir un producto lo más natural posible y con mucha duración en condiciones óptimas para su consumo. Pan del muy bueno.

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Comenzamos con media ración de tomate de Cantabria y queso fresco de La Jarradilla, estupendo, una de mis cenas favoritas. 

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Continuamos con unos pimientos también de Cantabria asados en dos cocciones, una inicial donde se pelan en la parrilla y otra secundaria donde se terminan de hacer. Sabor, toques ahumados y buen sabor a pimiento; no es el clásico de Isla, más carnoso y con cierto toque yodado, pero deslumbra igualmente en el paladar. Por cierto, media ración también, queríamos probar más cosas.

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El buenísimo pan de Vieda tostado a la brasa, una gozada, y caliente, todo es poco.

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Media ración de almejas a la marinera. Una almeja justa de punto sin pasarse con la clásica salsa verde o marinera,  dispuesta y a tiro del pan una salsa que atesora el sabor de la almeja más los clásicos componentes de esta salsa, todo pan resulta poco.

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Como pescado a la brasa, uno que me había recomendado un amigo y un pescado habitual de nuestras costas, pero difícil de encontrar sobre la mesa, el cuco. Algo que está a caballo, tanto en sabor como en textura, entre el marisco y el pescado, su carne es tersa de gran sabor, a mí me recuerda mucho al cabracho. El punto de cocción resultó el justo, la elección no pudo se mejor, tanto del pescado como por la elaboración, el acompañamiento resultó tan bueno como la parte principal, calabaza, tomate, pimiento, puerros y calabacín, todo asado, sabrosísimo. 

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Para terminar solomillo, también media ración, sangrante, caliente, con unas patatas asadas y algo de pimiento, fin de fiesta perfecto.

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Solo tomé yo postre, una macedonia.

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La cena resultó todo un éxito, donde marca el ritmo la calidad y la cercanía de producto. Por cierto, la cena coincidió con la inauguración del Centro Botín. Un lugar único.

Gamazo 39004 Santander 942742668

lacasetadebombas.es

Por El Mule

 

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