Hemos comido…en un pequeño restaurante situado en pleno centro del conjunto histórico o zona vieja, y concretamente en la llamada Plaza de la Leña, en torno a la cual se alzan otros tantos restaurantes y bares de tapas.

La propuesta se basa en la algo conocido en estos lares como “cocina tradicional renovada”, donde podemos encontrar una carta y varias combinaciones de menú degustación a precios que oscilan entre los 24 y los 35 euros .La chica que dirige la sala, es la personificacion de la delicadeza, trata al cliente como si fuera el principe de Gales, la profesionalidad es indiscutible y me atreveria a decir que inmejorable.

Yo opté por el menú intermedio que empezaba con un snack, pipas de girasol y de calabaza salteadas acompañadas de sal Maldon. Supongo que la idea no es que te comas todas las que te ponen, pues al que se las acabe pocas ganas de continuar con el menú le pueden quedar. Seguimos con la anchoa del cantábrico (feita na casa) sobre queso de tetilla. Producto de calidad , la anchoa, de primera, en su punto justo de sal, aceite de oliva y sin una sola espina. El queso, fresco, untuoso, con esa típica acidez. La combinación era perfecta, pues aunque saliera ganando la anchoa, se acompañaban unas finísimas rebanadas de pan tostado. Después vino el foie (también feito na casa) con sal de cabernet, cristales de tonka, compota de mango y reducción de balsámico, todo ello con más tostaditas idénticas a las anteriores. Estupendo el foie y muy bueno el contraste con la sal de cabernet y también con la compota de mango. La sorpresa fueron los mencionados cristales de tonka. La maitre nos explicó que se trataba de una especie de alubia con un caudal aromático que abarca un enorme abanico de matices especiados. Por lo visto las hervían haciendo con ellas un agua que luego cristalizaban, dando lugar al curiosísimo acompañamiento que nos presentaban con el foie, un cristal de apariencia similar al caramelo con todos esos aromas de especias, muy intensas. Uno de los pocos platos que ultimamente me ha dejado con la boca abierta. A continuacion las vieiras a la plancha, sofrito de verduras, aceite de frutos secos y sal de Hawai. Bocado perfecto donde yo destacaría el punto de las vieiras que es el que a mi me gusta, marcadas sin más, esto es dificil de encontrar en Galicia acostumbrados a las tipicas vieriras, en su concha y al horno. Para continuar existía la opción de carne o pescado. Yo opté por el segundo, y, concretamente por el bacalao confitado a 70 grados. Venía servido sobre un lecho de cebollas también confitados y una mayonesa de ajada, otro de los platos que me sorprendo, si os dais cuenta el sitio noi dejo de sorprenderme en todo momento.

Luego vino el detalle del queso, de As Neves, servido en cucharita con dulce de membrillo casero. A continuación llegaron los postres, primero el irlandés, consistía en una copa de Martini en la que encontrábamos tres capas, una de crema de whisky, otra de crema de café y otra de nata, buenisimo. Por último nos trajeron las texturas de chocolate, formadas por un bizcocho de chocolate, sufflé y helado de chocolate blanco.

 

 
 
 
 
 

Plaza Da Leña 1 y 3 Pontevedra 36002 986860225

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