Hemos Comido…en Lerma, cuna del famoso Duque, subí al centro histórico de la ciudad y allí pregunté cual era el mejor asador y me mandaron a este.

En la parte más alta de la villa de Lerma está situado el Palacio Ducal, que fue construido aprovechando el emplazamiento de un castillo del siglo XV y se ejecutó según las trazas del arquitecto Francisco de Mora, en sucesivas fases entre los años 1601 y 1617. El Palacio se encarga por orden del primer Duque de Lerma, Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, para aposento, reposo y divertimento en general de su señor, el Rey Felipe III. Hoy en día motor de la economía de la población y alrededores.

Mayo 2011. Lerma es una población a la que merece la pena visitar no solo por su glorioso e histórico pasado, ni tampoco solamente por lo excelente de su gastronomía centrada en el lechazo churro, sino por el salero y la amabilidad de sus habitantes. 

Luego me confesó el dueño del local que la que me había enviado a este asador era su hermana. La verdad es que le quedo muy agradecido, pues la comida fue perfecta, la caída en Lerma surgió del hecho de que siempre que vengo de Madrid paro en Aranda de Duero y esta vez tenía ganas de cambiar.

En el restaurante tienen una carta bastante extensa en torno a la comida tradicional castellana, y más en concreto centrada en el lechazo churro, la pena fue que las raciones de lechazo asados son cuartos, y para uno resulta un tanto excesivo, así que me decidí por algo de casquería y unas chuletillas.

Mientras esperaba me sirvieron una tapa de queso de oveja semicurado, por cierto muy bueno y de gran sabor, un queso tipo manchego buenísimo, con el queso un vino de Arlanza, un tinto Lerma Crianza de 100% tempranillo, con un color rojo cereza oscuro con ribetes granates, capa alta y gran lágrima, en boca graso y estructurado; es un vino sabroso con una amplitud extraordinaria. Un vino perfecto para acompañar a las carnes de lechazo, la pena es que con una copa basto pues había que conducir.

De primero riñones de lechazo a la brasa, servidos en un plato de barro muy caliente, perfectamente tostada la grasa que los recubre y ellos hechos en un punto «perfecto» acompañados de sal maldon, riñón muy pequeño de tamaño, muy poca grasa, yo acostumbro a quitársela, hay gente que se la come, a mí me resulta imposible y la digestión se me hace eterna. En resumen los riñones una delicia tanto en punto como en calidad, algo muy recomendable.

De segundo chuletillas de lechazo, las típicas chuletillas de palo y alguna de riñonada, a mí en concreto me gustas más estas últimas, acompañados de unas buenas patatas fritas, una ración generosa y bien hechas a la brasa con la grasa triscante y la chuletilla jugosa, vamos otro acierto. 

En resumen el lugar merece la pena tanto por la cordialidad del trato, como por la eficacia del servicio, así como por la calidad de lo servido. el precio y la cantidad, un lugar altamente recomendable. Me atendieron Aurelio Puente y Yolanda fue un placer. Volvemos seguro.

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Plaza Mayor, 11, Lerma 947172032

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