Hemos comido…a primeros de octubre pasamos unos días en la zona de la Ribera del Duero para hacer unas visitas a diversas bodegas y de paso degustar la gastronomía local.

Octubre 2012. Elegimos Aranda De Duero como ciudad donde alojarnos y de ella partir a las diversas excursiones, llegamos a una buena hora para tomar unos vinos y cenar.

Nos decantamos por una bodega mesón, El Lagar de Isilla, situado en la calle Isilla 18 de Aranda de Duero, Burgos. Este local cuenta con una bodega subterránea que data del siglo XV Nada más entrar nos encontramos una larga barra a la izquierda que en esos momentos estaba animada, al fondo esta el comedor pero antes de acceder nos topamos con el horno de barro indispensable para los famosos lechazos y una gran parrilla.

En la barra tienen una gran selección de vinos por copas que conservan en un dispensador con gas inerte aunque nosotros decidimos pedir una botella en barra para luego continuarla con la cena.

Elegimos un Callejo 2009, de Bodegas Felix Callejo, S.A. monovarietal de tempranillo con 12 meses de barrica, resultó excelente tanto en barra como acompañando la cena.

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Pasamos al comedor con la idea de degustar alguna preparación de setas ya que El Lagar cuenta con una amplia carta micológica pero la temporada está un poco retrasada y solo tenían boletus por lo que nos decantamos por una morcilla de Aranda, bien frita, crujiente y muy especiada, gustó bastante aunque la presentación era un poco sosa.

Continuamos con unas brochetas de riñones a la brasa con una guarnición de ensalada, me parecieron espléndidos, muy sabrosos y en su punto.

Terminamos con una carne roja de buey fileteada, me defraudó un poco, estaba cortada demasiado fina para mi gusto y el sistema de brasas no funcionaba demasiado bien, por lo que la carne que era de buena calidad se cocía más que sellarse.

De postre pedimos un queso curado de oveja y dos copas de vino pues la botella se quedó corta.

Después de la cena nos dejaron bajar a visitar la bodega, las escaleras impresionan, bajan casi en picado unos doce metros, en el interior aparte de los vinos propios del mesón encontramos distintas estancias donde elaboraban el vino y que se conservan perféctamente.

En conjunto El Lagar de Isilla resulta muy recomendable, me imagino que la barra de tapeo debe ser una maravilla, lo dejamos para la próxima visita a Aranda De Duero.

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Hemos Comido …comido, de hecho hemos vuelto a comer a este restaurante, bar, vinoteca situado en el centro de Aranda de Duero, el viernes 30 de enero de 2009 tuve que desplazarme a Madrid por trabajo y como salí de Santander a las 4 decidí quedarme a dormir en Aranda.

De entrada decidimos tomar unos vinitos por Aranda, y al primero que fuimos fue al Lagar de Isilla donde nos comimos unos de los muchos tipos de pinchos que tienes para degustar en la barra, seguido de un vinito

Ribera del Duero reserva de 2004 Lagar de Isilla, a mí me gustó muchísimo y eso que yo no soy muy de Rivera, soy más de Rioja. Como siempre nos pusieron de tapa unas patatas asadas que siempre entran bien, reservamos y seguimos la ronda.


Ya sentados en el restaurante pedimos de primero unos espárragos blancos cojonudos gratinados con queso del Cerato sobre cama de verduras y virutas de jamón, la verdad es que el aspecto del plato no era muy allá pero en cuanto lo probamos nuestro parecer cambió, estaba exquisito, las verduras tenían un punto perfecto y el gratinado también, le acompañaba un aceite de muy buen sabor. De segundo yo opté por entrecot a la parrilla, la carne era buena y la ración generosa pero el punto no era muy allá, pero se comía bien, mi acompañante pidió besugo a la parrilla, le sirvieron un besugo de ración de buen tamaño pero le pasaba lo mismo que al entrecot, tenía un punto raro yo creo que la equivocación de los dos fue pedir los dos platos a la parrilla. De postre pedí una tarta de queso natural con frutas de bosque, y aquí fue donde llegó la gran sorpresa, nunca he probado una tarta de queso tan deliciosa y «Tan grande» la tarta venía sobre una cama de natillas, con unas uvas frías, arándanos y moras, las frutas con un punto de frío perfecto y de un sabor espectacular, las natillas también muy buenas pero el sabor de la tarta de queso «indescriptible», como siempre nos invitaron a orujos hasta decir basta, o de aquí ya no me puedo mover, te colocan encima de la mesa un artilugio con tres botellitas de orujo uno blanco otro de hierbas y otro de café recién salido del congelador. El servicio es de los que da gusto y el precio es de lo más ajustado tirando a bajo, unos 30€ por persona, a también tomamos vino, el mismo que habíamos tomado en la barra. En resumen un sitio más que recomendable.

El Mesón Restaurante Asador El Lagar de Isilla, está situado en el centro de Aranda de Duero, en la calle más céntrica de la ciudad, la calle Isilla.

La decoración es típica castellana, con viga de lagar, antigüedades y mesas hechas con trillos.

En la barra se pueden degustar, por copas o botellas, la práctica totalidad de los vinos de la Ribera del Duero y una gran variedad de tapas y raciones que las veces que he probado estaban todos muy buenos, asi como la conservacion del vino se mima bastante, la barra la encontraras la mayoria de las veces repleta de gente. El horno es el elemento más típico y representativo del restaurante y en él se asa el lechazo o cordero lechal.

El horno se enciende a una temperatura de aprox. 200º con leña de encina bien seca.La receta del cordero lechal asado es la tradicional: se introduce el cuarto de lechazo en el horno durante 1 hora y cuarenta y cinco minutos con agua y unas gotas de limón.

El comedor lo componen dos comedores, uno en la planta baja con horno de asar y parrilla vista al público y otro en la primera planta destinado a grupos y cata. Los dos con decoración típica Castellana.
El plato principal -típico- es el lechazo asado en horno de leña, aunque no faltan otro tipo de carnes en una variada carta con muchas sugerencias y pescados a la brasa y platos de cocina moderna.

Se recomienda dejar un hueco para saborear algún postre casero.

Todos estos manjares pueden acompañarse con alguna de las 450 referencias de vino de la bodega, la mayoría de La Ribera del Duero.

Comimos, o mas bien cenamos Escabechado de setas con verduras muy bueno, ademas me sorprendio el escabechar verduras y la verdad es que el resultado es magnifico, Lomo de bacalao raccion muy buena y una tajada de lomo buenisima, muy bien cocinado y muy buen sabor y pluma iberica sobre patata panadera tambien de muy buena calidad y muy bien cocinada. Un sitio al que es obligado volver, de precio muy bien. Al finalizar nos inviatron a ver las bodegas que se encuentran debajo del restaurante horadadas en la piedra. La bodega la componen una serie de galerías subterráneas, a 12 m. de profundidad en el mismo casco antiguo de Aranda de Duero. Se excavaron allá por el siglo XIII – XIV, aunque el primer indicio de las bodegas de Aranda data en el siglo XV. Su utilidad principal ha sido la de conservar el vino, pero en algunas ocasiones se usaba también como refugio o como vía para salir fuera de la muralla.

Se tiene constancia hasta el año 1.900 de la elaboración de vino de forma artesanal en esta bodega, y fue en el año 1.903 cuando la bodega inicia su andadura más industrial. En 1.929 se hace una reforma importante de medios y tecnología de la época, siendo una de las primeras bodegas en el embotellado en recipiente de vidrio, así como sistemas mecánicos de despalillado y prensado.

Isilla 18 Aranda de Duero 09400 947510683

 

 

 

 

 

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