Hemos Comido…en Arredondo, pero no en la capital del mundo, sino en este restaurante, un clásico de nuestra comunidad situado en Hazas de Cesto.
Arredondo es uno de los clásicos tradicionales desde hace ya bastante tiempo a mis padres les gustaba bastante ir a comer cocido; sobre el cocido puedes leer en más de un sitio que está considerado como el mejor cocido montañés de Cantabria. Aquí yo ni entro ni salgo, solo puedo decir que esta muy bueno, como en cantidad de sitios de nuestra provincia.
Esta última vez el día era desapacible como pocos en pleno temporal de frío ártico y nieve. Nada más entrar en el comedor notas la presencia de una chimenea funcionando a todo trapo y yo por lo menos con este utensilio ya tengo asegurada la diversión, pues no hay cosa que más me relaje que ver el fuego en una chimenea. Rápidamente me ubican y toman nota, la carta es pues como había dicho antes tradicional y centrada en el producto de temporada. En lo que esperaba el primer plato, entró más gente y pude echar un vistazo a los otros comedores pues hay tres, uno de ellos con un marcado estilo rústico.
Le eché una foto a los callos de un paisano, que por cierto tenían muy buena pinta, aprovechando que debía haber ido al baño, si se descuida un poco más le como alguno.
A no mucho tardar me sirvieron el primer plato, este consistía en unos garbanzos con verduras. Unos garbanzos muy hechos y blanditos, pero no deshechos, acompañados de verduras también muy hechas y en su mayoría consistentes en berza, una berza muy dulce y de muy buen sabor que acompañaba perféctamenet al garbanzo. El plato te lo sirven en una fuente siendo la ración grandísima, yo repetí y sobró como un plato. Los garbanzos estaban guisados con gallina, se notaba en el sabor y quedaba algún resto de la misma. Las raciones son de considerable tamaño, yo caí en la cuenta cuando en la mesa de al lado pidieron una ración de alubias rojas para dos.
De segundo no pude resistirme a unas albóndigas, la ración como la anterior importante, compuesta por una albóndigas muy jugosas acompañadas de una riquísima salsa y unas buenas patatas fritas, todo un éxito de segundo.
De postre tarta de queso muy normalida, nada reseñable. El servicio bastante simpático y sobre todo eficaz. El precio muy bueno y las raciones grandes, sigue como antaño como yo lo recordaba.
P.D. La carta es muy extensa. La carta de vinos me sorprendió por su extensión, a parte había bastantes vinos fuera de la carta. Yo tomé agua, el inconveniente de ir motorizado.