En una pequeña aldea situada en la bahía de Santander habita Obeli,,,,,,digooo Juán Angulo, resistiendo ahora y siempre, con su cocina tradicional y gastroterapia, a las invasiones bárbaras.
Como todos los años, junto a la aparición del Fariña Primero, Juán nos deleita con sus jornadas en torno a este vino y los caracoles. Para mí es el preludio de la Navidad, suele ser a finales de noviembre y habitualmente es una buena excusa para reunirnos unos cuantos amigos.
Se trata del primer vino de maceración carbónica que aparece en el mercado español. Elaborado al 100% con Tinta de Toro, este vino joven hace gala de una espectacular gama de sabores y aromas. Cada año viste una etiqueta diferente que reproduce la obra del ganador del Concurso Nacional de Pintura «Primero de Fariña».
Este año, la obra ganadora del concurso fue «Tinta de Toro», realizada por el artista burgalés Francisco Jesús del Hoyo Santamaría.
El vino es de un color rojo picota con ribete violáceo. Presenta una nariz armoniosa e intensa, con una amplia gama de aromas a frutos rojos silvestres, flores y un ligero toque lácteo. En boca es sabroso, afrutado, con una estupenda frescura. Un vino que expresa en toda su plenitud la variedad con la que está elaborado, la Tinta de Toro.
Un plato de los más típicos de Cantabria por Navidad, los caracoles, por supuesto a la montañesa. Un plato hecho para sentarse en torno a la familia, tanto a su diltada elaboración como a su deglución, siempre rodeada de algunos miembros que los veneran y otros que no los pueden ni ver.
Otro de los deleites de esta elaboración es la parte final en la que solamente queda salsa, donde nos lanzamos todos los adoradores de esta elaboración armados de un contundente trozo de hogaza. A esta última parte algunos de los que denostaron el plato en un principio caen en la trampa de la salsa, que terminan adorando en la misma medida que los habituales.
Cuando se terminan los caracoles comenzamos con un desfile de raciones que terminan en torno a la medianoche, acompañados del vino que nos ocupa. Raciones como el conejo frito, que en esta casa lo hacen como nadie, quizás por el origen de la cocinera, Asun, andaluza de cuna y lugar donde el frito es religión.
Mejillones en escabeche. Una elaboración que descubrimos este año y que merece la pena, un clásico escabeche de mejillones.
Y otro de los descubrimiento de este año en Melly, los bocartes al ajillo. Bocarte escaldado y acompañado de un justo sabor a ajo, delicioso.
Esta vez acudimos acompañados y a uno de los comensales las rabas le vuelven loco, así que no pudieron faltar.
Para terminar unas alcachofas.
Y vuelta a casa que al día siguiente toca trabajar y nos hemos pasado un poco.
Por El Mule
Acercándose la Navidad, se empiezan a preparar los caracoles. En algunas casas se deja al gasterópodo unos días en ayuno, otros utilizan harina para que termine de purgarse.
Después comienza el proceso de lavarlos, yo he oido todo tipo de sistemas. algunos los arrastran en sacos por la playa en un ir y venir por los arenales, pero lo más habitual es sal y agua, tantas veces como sea necesario. Una elaboración de lo más escrupulosa es la que se da en Cantabria, a diferencia de otras que se limitan a pasarlos por el fuego. En fin, sal y agua hasta que desaparece el «moco»
Una vez limpios se procede con la receta, exclusiva de cada casa, donde intervienen aderezos, especias y frutos secos, celosamente guardada en la tradicion de cada casa y transmitido de padres a hijos.
Los caracoles se hierven en agua fría con laurel, una vez termionado este proceso que varia dependiendo de las recetas, se escurren y se reservan.
Comenzamos con el primer sofrito común a la mayoría de las recetas, a base de aceite de oliva, cebolla picada, ajo, tomate natural, carne de los pimientos choriceros, que una vez rehogada y terminada se pasa por el pasapuré hasta que esté a nuestro gusto.
El segundo sofrito, también con base de cebolla fina pero con dados de chorizo, panceta y jamón, pimentón mezla de dulce y picante al gusto.
En este momento se prepara la picada en el mortero que puede llevar, pan frito,nueces, almedras e incluso piñones, especias como la pimienta negra y la nuez moscada, esta última a mi siempre me ha sobrado, pero suele estar presente en la mayoría de las recetas..
Se juntan los dos sofritos, para que se entremezclen los sabores y texturas de la salsa, se añaden los caracoles, la picada y se deja todo junto cociendo a fuego lento.
Este es un resumen de una receta, una visión general de la misma que nos da una idea de lo costoso de su elaboración y del porqué es algo que se hace en familia.