Hemos Comido..en El Trébol, en Cueto un lugar ecléctico con todo tipo de diferentes ornamentos, cámaras, fotografías, pipas etc.
Febrero 2013. Hacia una tanda de años que no venía a comer nada al Trébol, normalmente sardinas y bonito en verano, en una terraza que tienen habilitada a tal efecto en la parte trasera del local. Esta vez salía de cierta mutua médica muy cercana, a eso de las tres de la tarde echando humo pues tras una hora y pico de espera decidí largarme y dejar de perder el tiempo a la espera de que me atendieran y eso que tenía cita. Bueno a lo que vamos, me acerque y me sorprendió el que fuera de los pocos restaurantes abiertos en esta zona, abiertos y animados, estaba bastante concurrido de gente en la barra.
Nada más asomarme me gustó lo que ví, es de esos lugares que parecen cómplices en algo, la madre del dueño enseguida se asomó a la puerta a captar clientela al verme interesado por el sitio, ese tipo de comportamiento es algo que siempre suele seducirme pues me dice que están muy convencidos de que venden algo bueno y normalmente no suelo equivocarme.
También había oído que habilitaba una nueva zona burger con un precio bastante bueno. Al final me senté en el comedor y decidí tomar algo más de cuchara pues el día lo pedía, hacia un frio de narices.
Pedí de primero una paella caldosa, un mar y montaña muy típico de nuestra comunidad, me gusto bastante, pero me equivoque a la hora de pedir por lo que oí en las mesas aledañas, tienen fama los platos de cuchara de Angelines, uno garbanzos con bacalao que creo que borda, las alubias y en general todas las legumbres y callos, lo cual no es ningún problema si no al contrario me veo obligado a repetir en otra ocasión.
De segundo había la palabra mágica «bocartes”, y eso fue lo que pedí, rebozados y muy buenos, pequeñitos, acompañados de unas patatas fritas un tanto mustias y una pequeña ensalada.
La comida estuvo bien sin estridencias pero muy correcta, bien guisada y el precio bueno 10€, las raciones generosas, de hecho no tome postre pues no podía con él, eso sí me tome un café, la atención del servicio también muy profesional.
Bueno al final me quede con ganas de su brasa que creo que es muy recomendable y de sus guisos de cuchara, sin problemas en breve vuelvo.