Hemos Comido…en esta ocasión yo diría llevamos comiendo desde tiempos inmemorables vamos que fue el primer lugar donde me tomé un vino y una tapa allá por los doce años de edad, El Riojano.
El local contiene el Museo Redondo y las numerosas barricas han sido pintadas desde los años cincuenta por grandes artistas. Fue en un principio de Víctor Merino y durante esa época gozo de un esplendor sin igual, recientemente cambio de dirección y parece, que la dirección tomada es buena, pues vuelve a tener cantidad de público debido a sus buenos materiales y a su buena cocina.
El mesón el Riojano es como la palabra lo dice un mesón, no como otros restaurantes que se hacen pasar por mesones y se traducen en realidad en copias baratas de los auténticos mesones como este. Situado en el centro de Santander tiene este mesón un ambiente muy rustico, con un aire entre castellano y lo taurino, su comida es típica de mesón siendo a mi parecer imprescindibles de probar las croquetas de bacalao, los pimientos rellenos, y el rabo de toro si es que se nos permite.
Entre otros platos de los que tengo especial recuerdo, conejo con caracoles, marmita de salmón, bacalao, marmita de bonito, las raciones de embutido, multitud de pinchos y un largo etcétera.