Hemos Comido…en el Molino de Vejoris, Cuando tienes una celebración siempre buscas un sitio donde estés a gusto y te traiga buenos recuerdos de veces anteriores.
Hoy celebramos mi cumpleaños y El Molino de Vejoris siempre ha estado en mi mente para alguna celebración. Lugar idílico, comida muy buena y bien presentada, un servicio genial y unos precios estupendos. Hoy la apuesta es sobre seguro.
Hemos quedado con un muy buen amigo de la zona, así que seremos tres. Llegamos pasadas las dos y media de “blanquear” por el valle de Toranzo. El molino tiene fácil localización puesto que está pegado al Parque de Alceda, entramos por un lateral al aparcamiento privado y vemos que la lluvia de toda esta semana hace que la vena del molino esté bien cargada del líquido elemento. Pedimos “la última” antes de entrar a comer y nos ponen las consumiciones junto a una Taza de Crema de Ajo, con un leve toque picante, que dejamos todos limpia.
Pasamos a la sala y nos recibe María Centol, pareja y copropietaria de este negocio junto a Luis Bernard, el cocinero que siempre nos deja satisfechos y con buenas sensaciones. María nos dice que el menú que Luis ha decidido para el día de hoy va a constar de un aperitivo, cuatro platos de degustación y un postre, conocemos su cocina y sus raciones así que, genial. El vino elegido para el menú va a ser un Rioja Sierra de Cantabria Cuveé del 2010, un vino potente, redondo y muy aromático, con toques afrutados y roble, excelente este vino de la Rioja Alavesa.
Enseguida llega el aperitivo, Terrina de Foie, Manzana y Módena, acompañado de una bandeja de pan de Baguette tostado, las presentaciones con verduras, plantas aromáticas y salsas siempre ponen buena nota a los platos del Molino y pese a que la fotografía no sea mi fuerte, lo podéis ver en cada uno de los platos de hoy, el aperitivo muy bueno, mezclando los ingredientes en el pan con un punto perfecto de tueste.
 |
 |
 |
 |
El primero de los platos es un Tartar de Salmón y Alga Wakame, con Helado de Pimiento Asado, he de decir, que me estoy convirtiendo en un entusiasta de los Tartares y los Ceviches y si como en esta ocasión, lo fusionan con mi debilidad, que son los helados, a mí me ganan desde el comienzo.
El siguiente plato, es un Arroz Negro de Calamar y Gambón con Alioli, un plato exquisito con el arroz en su punto, a mi mujer, el que más le gustó, yo no sabría elegir.
Continuamos con un Wok de Pulpo, Oreja y Verduras de invierno, con Salsa Teriyaki, el invento del Wok, es algo que siempre que tengo ocasión, tiro de ello, puesto que sea de verduras, pasta, carne o pescado, es una forma magistral de saltear los alimentos manteniendo su sabor y olor intactos. En esta ocasión, Luis Bernard ha combinado estupendamente estos tres elementos tan dispares de texturas y sabores.
El último plato del menú van a ser unas Manitas de Cerdo Rellenas de Setas con Jugo de Trufas, en este punto decir que María Centol, al presentarnos el menú, tuvo la deferencia de indicarnos, que como es un plato con tantos aduladores y críticos, si queríamos, podíamos elegir otra cosa, me quedo con la duda de esa “otra cosa”, pero nos gustó a los tres.
Tan solo queda el remate dulce de esta comida, este será un Cremoso de Chocolate con Praliné y Kikos, servido en copa de Cóctel, hacen que sea un remate a la altura del resto del menú. Deciros que “alguna”, que encima el dulce la pierde, no lo terminó, cosa que, tanto Alejandro como yo agradecimos, dándole un final digno. Dos infusiones y un café pusieron el colofón a este excelente menú de degustación.
Terminando los cafés se presenta Luis para preguntar qué tal ha ido todo y nuestras opiniones, elogiamos su trabajo y en especial las presentaciones que hacen que todo sea súper apetecible, nos invita e insiste ante nuestra negativa, de probar algún licor o chupito, pero los vinos previos y el Sierra de Cantabria Cuveé del 2010 son más que suficientes.
Eso sí, tan solo le pido una cosa, a la cual me asintió sin tan siquiera saber el qué. Le pido sacar unas fotos en las antiguas galerías del Molino, las cuales abren por razones lógicas, solo en verano, y además le pido posar en una de ellas junto a María, para que, aparte de su trabajo, los lectores del Mule pongáis cara a esta pareja, que os ofrece un trabajo estupendo a unos precios geniales.
La factura total ascendió a 149,20.
El año pasado lo denominé como “Mi primera sorpresa Culinaria del 2015”, pues a día de hoy deciros que, para mí, sigue siendo un referente y un lugar que seguiré aconsejando a amigos y conocidos.
Buen trabajo equipo. Este ha sido otro “Cumpleaños Feliz”.