Hemos comido…en El Marinero en Suances, una propuesta marcada por cierta distinción de la oferta estival, una carta distinta a lo habitual de la zona.
Julio 2013. Situado frente a la playa de Suances, El Marinero podría ser otro más de la típica oferta de línea de playa orientado generalmente a veraneantes, pero hay sustanciales diferencias, con gran parte de la oferta estival de la zona. En su carta podemos observar tres diferentes menús, el menú del día, según pude comprobar de una calidad y con unas diferencias sustanciales de la oferta general.
Un menú degustación corto, que fue el que yo tomé con un precio de 24€ sin incluir bebida y postre, y un menú largo por un precio de 30€ bebida no incluida y postre tampoco incluido. A parte de los menús una carta muy bien estructurada y fuera de carta la oferta diaria de pescado y mariscos del día.
Nada más estrar llama la atención una decoración alegre y juvenil, con una atractiva barra donde se lucen los pinchos con una descripción de cada uno de ellos, y una decoración de las paredes con pizarras describiendo una gran parte de lo ofertado en la carta. Algo distinto y atrayente.
Las raciones que se incluyen en la carta hacen mucho hincapié en el producto autóctono, rabas de calamar fresco de Suances, navajas de Pedreña, anchoas de Santoña etc. A la vista de lo cual se me alegró la vista. La presentación de la carta, de igual manera que la decoración del local, es distinta, con un tipografía similar a si estuviera escrita a mano.
La oferta de arroces me pareció muy acertada y los que vi pasar me parecieron estupendos y olían a las mil maravillas. También tiene disponibles unas tablas bastante sugerentes. Lo que me ha llamado bastante la atención de la carta es que es muy informativa, no se deja nada al azar, vamos, que al final vas a saber lo que pagas sin tener que esperar a que llegue la cuenta.
El servicio en muy atento y me sirvieron con la cadencia que me gusta en una comida, sin largas esperas. Y eso que era un día bastante liado, pues llovía y la gente no va a la playa así que se acerca al restaurante. Por lo que vi al pasar por el centro del pueblo los restaurantes estaban bastante llenos, y este terminó también lleno. Digo terminó porque continuando con mi particular costumbre gastronómica pase a comer a primera hora.
Como primer plato del menú: Maganito de Suances a la plancha con foie y reducción de Pedro Jiménez. Un maganito justo de plancha, en el primer punto de plancha (justo cuando se le comienza a rizar la aleta de la cola, ese es el punto), si te pasas tienes que esperar al segundo punto y este segundo implica el estar muy hecho; acompañado de unos frutos secos y una pequeña ensalada. Estos no me llamaron en exceso la atención, pero el magano, sus jugos y el foie era algo digno de probar y recordar. Una maravilla, una pena que solo fuera uno. Lo único que me sobraba, pero era fácilmente esquivable, fue la reducción de Pedro Jiménez, que en un principio pensé era miel, pero el cocinero la había situado hábilmente fuera de la trayectoria del magano. Buenísimo, recomendable.
Albóndigas de rape en salsa de calamares encebollados. Estaban acompañadas de unas patatas chip. Me gusto un montón la vista del plato, otro toque distinto, las patatas no eran de bolsa por si surgen las dudas. Podría parece un poco pesado tanto magano, pero la verdad es que a mí no se me hizo así. Este segundo plato estaba tan sabroso y suculento, unas albóndigas jugosas con una salsa muy cuidada y fina que le añadía al rape el toque justo de sabor. También otra ración muy recomendable y distinta de la oferta habitual de este tipo de cocinados, original.
Para terminar canutillo crujiente de cordero lechal y foie grass de pato con salsa de ostras. Un canutillo de pasta filo, relleno de un cordero bastante jugoso y una sugerente salsa de ostras. Para terminar un plato nada típico, diferente, que nos dice claramente que este restaurante no está orientado solamente a las fechas estivales, este es un restaurante con vocación de continuidad a lo largo del año, y con una clara preocupación en la cocina por ofrecer un toque distinto a lo general de la zona, me gustó mucho el restaurante.
El precio, correcto de acuerdo con lo ofertado, hay que volver a comprobar el resto de la sugerente carta.
Por El Mule