Hemos Comido…en El Galeón, en Somo. Para seros sinceros, desde esta última experiencia todo los días pienso en volver. ¿Por que será?
Mayo 2014. Somo se establece cada día más como un destino gastronómico fijo con diferentes opciones, pero con valores seguros. La especialidad del restaurante El Galeón gira alrededor de la cocina marinera, mariscos y pescados, pero con una apuesta diferenciadora por la calidad de la que es responsable Agustín Bedia Raba.
Las almejas, las cigalas cocinadas a la plancha, el bogavante del Cantábrico, la ensalada de bacalao, la ensalada de bonito embotado por él mismo y un largo etcétera. Marcado por una calidad como en pocos sitios y una elaboración exquisita. Se nota que detrás de todo esto hay alguien a quien le gusta comer y que no se conforma con cualquier cosa, raciones muy generosas y precios acordes.
La carta requiere una importante labor de investigación dada su amplitud, compuesta de cantidad de raciones atrayentes. La oferta resulta amplia y toca varios frentes, con especial incidencia en los productos del mar.
Hay un apartado de ensaladas, otro de entrantes, de pescados, de arroces y un último de mariscos, dejando un pequeño hueco a las carnes. Me tomó nota Agustín y en un abrir y cerrar de ojos comenzó la comida.
De primero ensalada de tomate y bonito embotado por Agustín. Hecho de monos (bonito tomatero), que según lo que me comentaba la mayoría de entendidos no le recomendaban este tipo de embotado por la poca cantidad de grasa que tiene. Puedo aseguraros que pocas conservas de bonito he comido con tan excelente sabor y nada seca, por cierto, algo muy habitual en este tipo de embotados. Acompañado de un poco de cebolla y un tomate raf del auténtico, el último de esta temporada según mi anfitrión.
¿Qué tiene el tomate raf para que su kilo llegue a valer 12 euros?. La característica de este tomate es que sólo se siembra en algunas comarcas de Almería con unas condiciones climáticas especiales. Los verdaderos tomates raf son de tamaño mediano, no se pueden exportar porque su período de duración es muy escaso y sólo se cosecha de enero a abril. Otra diferencia entre el raf auténtico y los híbridos son la cantidad de tomates que se dan en la cosecha de ellos, ya que las matas de tomate raf no llega a tener más de cuatro kilos aproximadamente.
Estos en concreto procedían de PepeRaf una empresa almeriense que lleva cultivándolos desde hace cincuenta años.
Resumiendo, una ensalada buenísima como pocas, es más, solamente de bonito y tomate. Para mí la mejor que he probado sin lugar a dudas. Me ha prometido otra con tomate de Cantabria que me asegura no tiene nada que envidiar a esta. Muy recomendable.
Siguiente, una tapa de huevas de merluza. Si la merluza no me gusta nada, las huevas de este pescado me vuelven loco. Cocidas acompañadas de un poco de cebolla, pimiento verde, un buen aceite y un toquecito de vinagre. Pero hay que cocerlas bien, si te pasas estan como corcho. Estas estaban justas de cocción, una maravilla.
Todas las huevas que se comercializan por lo general me encantan, las de sarda fritas, las de dorada en vinagreta, el caviar, etc.
Y por último, el rey de la comida: tartar de atún. 250 gramos de atún en su estado más natural, cortado en un tamaño justo, un poco de sal, un poco de cebolleta y unas huevas de salmón. Producto, producto y producto sin ingerencias. Buenísimo, el mejor que recuerdo. Acompañado de alga wakame y huevas de pez volador, todo lo anterior me lo comí antes de comenzar con el atún.
También le acompañaba wasabi y algo de soja, pero en esta ocasión pasé de ello para dejar al final solo el atún y comérmelo con la ceremonia y parsimonia que merecía. Un lujazo y un placer exquisito, tiene que ser pecado por narices.
Terminanda la comida y a punto de tomarme el cafe Agustín me invito a un poco de soufle que tenía a mano, bañado con algo de ron y con la nota crujiente de algún que otro grano de azucar. Otro pecado y de los gordos.
En resumen, buen producto, raciones generosas, excelente mano en la cocina y un precio por debajo de lo habitual en estos productos. Muy recomendable.
Por ciento, cuando me iba me percaté de este cartel. Ya he quedado para volver con mi mujer a probar lo que aparece en el cartel, que se augura como algo distinto a lo habitual, y excelente a la vista de la experiencia anterior.