Hemos Comido…en El Desván, vuelta al poco tiempo, con unas jornadas de lo más reveladoras, con una carne de lujo, rubia gallega, vaca vieja, como debe de ser una carne.
Enero 2018. Vimos el panfleto de las jornadas en Facebook y enseguida nos presentamos. La carne es de Tomás, una conocida carnicería de Pontejos y es de un animal con años, una carne más hecha y con gran sabor, como pudimos comprobar a lo largo de este almuerzo.
En esta ocasión tenían una nueva cerveza para celiacos que resultó muy del agardo del otro comensal, fue lo que tomó durante toda la comida.
Como entrante un auténtico puré de la abuela, en esta ocasión con patata y calabacín, muy bueno como es habitual en estos guisos de cuchara que caracterizan a nuestra cocinera, Mame.
Comenzamos con un carpaccio. Cortado con un calibre bien hermoso, lo que aporta textura, gran sabor, carne roja bien veteada. Acompañdo de frutos secos, piñones y almendras. Delicioso de verdad, pocos he comido como este, nuestra anfitriona sigue sin defraudar lo más mínimo, y eso que ya la hemos visitado en unas cuantas ocasiones.
El toque diferenciador del menú, unos berberechos a la sartén. Un manjar cada día más difícil de localizar, hace unos cuantos años no los quería casi nadie pues eran de segunda frente a las almejas, pero para mí nunca han tenido nada que envidiar a otros bivalvos.
Para terminar una buena chuleta de 1kg. Buena carne, maduración justa, muy sabrosa y al hecha al punto que se pidió; el resultado: una chuleta de calidad suprema.
De postre milhojas con crema y helado, apto para celiacos y riquísimo.
Yo tomé crema catalana acompañado de un Pedro Jiménez.
Un buen precio para una buena comida, como siempre en este lugar que nunca defrauda y siempre sorprende gratamente.