Hemos Comido…en El Barón, un restaurante en pleno casco histórico de Aguilar De Campoo.
Febrero 2019. Llevo años pasando por Aguilar y nunca había llegado al centro del pueblo, a la zona de los soportales, ni me había percatado de los inmuebles históricos que abundan en el pueblo; el restaurante está situado en una casa solariega del siglo XVII.
La carta se centra en una oferta clásica de influecia castellana, con una clara vocación por los asados y las carnes de la zona.
La barra resulta otro de los puntos atrayentes del lugar, con una buena oferta de pinchos y raciones donde destacan los encurtidos, algo que a mí me atrae muchísimo.
Nada más entrara en el comedor te encuentras con dos de las especialidades de la casa, la paletilla al horno y el cochinillo.
El pan es para mí uno de los atractivos de una buena comida, un buen pan puede decantar una comida en un sentido o en otro, y aquí nos encontramos con uno de los clásicos panes castellanos: la torta candeal, y un pan artesano crujiente acompañando a esta torta.
La comida fue simple y rápida, a primera hora tal como queríamos. Estuvimos esperando a que abrieran el comedor, nos sentamos y comenzamos tomando como entrante media ración de mollejas salteadas. Muy de nuestro agrado y generosas para ser media ración, ya que nos desaconsejaron pedirla entera pues de principal íbamos a tomar paletilla, una cada comensal. Se agradece el consejo.
Nada más acabarlas tomamos el relevo con la paletilla.
Esta resultó estar asada a las mil maravillas, bien hecha en el interior (lentamente, sin cumulos de grasa) y crujiente en el exterior, como en los mejores asadores de Castilla.
La ración resultó generosa, así que cuando terminamos no pudimos continuar con el postre, por muy buena pinta que tuviera, otra vez será.
Para terminar el precio, un muy ajustado RCP. Por cierto, el servicio fue rápido, atento y muy profesional.