Anguleros, es el nombre con se les denomina popularmente a los pescadores de angulas, alevines de las anguilas, que desarrollan su trabajo en los ríos, desembocaduras de los mismos, estuarios o rías.

La actividad del angulero no es un oficio de dedicación plena, ya que solamente se practica durante las estaciones de otoño e invierno y la ejercen, en horas libres y por las noches, personas de diferentes profesiones. Desde el siglo XIX la practicaban la mayoría de los ribereños y a partir de mediados del siglo XX se incorporaron algunos marinos de pesca de bajura, que en la época de la llegada de las angulas, habían acabado la costera en el mar.

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Fue a partir de los años setenta del siglo XX cuando se incrementó la afluencia de pescadores de angulas, propiciado por la estimación gastronómica y su consideración como un plato de lujo en los restaurantes y, consiguientemente, por el elevado precio que se cotizaba en el mercado. En el encarecimiento del precio también contribuyó la disminución de sus capturas, posiblemente como consecuencia de la alta contaminación de los ríos durante aquellos años.

El trabajo de los anguleros es muy duro e implica cierto riesgo, ya que la pesca de la angula hay que realizarla de noche, a la intemperie, generalmente soportando temporales de lluvia, viento, y sometidos a las corrientes y riadas producidas por las precipitaciones, ya que durante un periodo de lluvias es cuando más propicia es la pesca.

Antiguamente vestían prendas impregnadas con aceite de linaza, para que el agua resbalara sobre las mismas, y protegían su cabeza con una boina y con un saco de arpillera. Un farol con dos velas o un candil de carburo era su sistema de alumbrado. Generalmente pescaban en solitario, lo cual agravaba la peligrosidad de la profesión, habiéndose producido algunos accidentes mortales.

La Anguila común, es un pez de la familia de los anguílidos, que se vive en los sistemas fluviales de Asia Menor, Norte de África y Europa. El género de la Anguilla tiene más de dieciséis especies, distribuidas por los cinco continentes, por lo cual se puede afirmar que es uno de los peces más conocidos por todo el mundo.

Las anguilas tienen un cuerpo cilíndrico y alargado, aplanado en su parte posterior; cubierto de diminutas escamas que pasan desapercibidas debajo de una mucosidad que las hacen muy escurridizas; poseen una aleta dorsal unida a la caudal y a la anal y dos pequeñas aletas pectorales; su cabeza es aplanada y puntiaguda, y su mandíbula inferior sobrepasa un poco a la superior. Cuando son jóvenes su dorso tiene un color verde oliva y su vientre es amarillento. Las adultas, al llegar a su madurez sexual y preparar el viaje migratorio para procrear, tienen el dorso gris oscuro y el vientre plateado.

agulas_002En su estado adulto, de ocho a doce años, los machos alcanzan una longitud aproximada de 0,60 m. y las hembras de 1,00 m.. Su peso es muy variable y se pueden considerar ejemplares excepcionales los que pesan más de 3 kilos.

Su voracidad es extraordinaria y se alimentan de peces, crustáceos, caracoles, etc., y lo hacen durante la noche, ya que durante el día permanecen ocultas en cavidades o en el barro.
La anguila tiene abundante grasa y su carne es muy rica en proteínas; es muy apreciada en muchos países, y está considerada como un plato exquisito. No ocurre lo mismo en la cornisa cantábrica, aquí lo verdaderamente apreciado es el alevín de la anguila, es decir, la angula.

A pesar de que la anguila es un pez muy conocido, durante mucho tiempo se ignoraba como se reproducían, lo cual dio pie a muchas hipótesis y en muchos casos a leyendas descabelladas.

Desde Aristóteles se creía que las anguilas nacían del barro, hasta que en 1684 el italiano Redi comprobó que las anguilas adultas descendían de los ríos y salían al mar, y las jóvenes ascendían a los ríos de agua dulce desde el mar, pero nadie sabía entonces que la anguila era catadrómica, que vivía en los ríos y desovaba en el mar.

Sin prever su vinculación con las anguilas, en 1856, un biólogo alemán capturó en el estrecho de Messina de Italia, un ser de aproximadamente 75 milímetros de longitud, plano y transparente, con forma de hoja de laurel y con una cabeza muy pequeña, que lo denominó con el nombre de Leptocephalus brevirostris. Cuarenta años más tarde, en 1896, los científicos italianos Grasi y Calandrucio, comprueban que varios ejemplares de Leptocephalus que tenían en un acuario, inician una metamorfosis y se convierten en alevines de anguilas.

El biólogo danés Johannes Schmidt, que dedicó parte de su vida al estudio de las anguilas, fue siguiendo por todo el Océano Atlántico, desde el año 1904, la migración y el desarrollo de la larva leptocéfalos y descubrió que las más pequeñas, de 2,50 mm., las capturaban en el Mar de los Sargazos, al sur del archipiélago de las Bermudas, lo que le llevo a la conclusión de que era el lugar en donde las anguilas realizaban la puesta de los huevos, entre los meses de marzo y junio y a una profundidad de 400 a 1000 metros.

Los millones de larvas que nacen de los huevos, son arrastradas por las corrientes y los vientos del Atlántico, recorriendo seis mil kilómetros durante aproximadamente tres años; alcanzan un tamaño de aproximadamente 75 mm. y llegan a la plataforma continental europea, entonces reducen su longitud y la anchura de su cuerpo transformándose en angulas.

Los cardúmenes de angulas entran en las rías nadando, generalmente por las noches, desde el final del verano hasta el principio de la primavera. Suben por el fondo del cauce de las rías a favor de la corriente del agua del mar, hasta encontrar el agua dulce del río. Cuando la corriente pierde fuerza en la pleamar, se acercan a las orillas para seguir subiendo sin tener que luchar contra la corriente que baja. Al alcanzar el curso medio del río, aguas mansas o remanso, se asientan en esa zona y comienzan a alimentarse, entonces sus cuerpos transparentes y blanquecinos se oscurecen e inician su desarrollo en anguilas.

Las anguilas que viven en los ríos son las hembras, y adquieren su madurez a los diez o doce años, las que se quedan en las rías o estuarios son los machos y adquieren su madurez a los seis u ocho años.

Cuando a las hembras les llega el ciclo o fase de la procreación, se les atrofia el estómago y se les desarrollan sus órganos reproductores, periodo en el que bajan a reunirse con los machos en los estuarios y rías, formando unos ovillos entre individuos entrelazados.

A finales del verano o principio del otoño inician el viaje nupcial, que durará aproximadamente un año, hasta el Mar de los Sargazos, lugar de freza o desove, donde cada hembra pone unos diez millones de huevos; muriendo a continuación y cerrando así su ciclo vital.

agulas_003La “Angilla rostrata” o anguila americana, es una especie exteriormente igual a la anguila europea, pero con ocho vértebras menos, teniendo también sus áreas de freza o desove en el Mar de los Sargazos, sin embargo sus larvas tardan solo seis meses en llegar a los ríos de la costa americana. Las coincidencias con la Anguila común o europea, son las que han creado más controversias en las teorías de los científicos. Durante mucho tiempo se llegó a creer que se trataba de la misma especie, ahora parece estar demostrado que son dos especies diferentes.

Son innumerables los estudios y trabajos científicos realizados por biólogos, citólogos y oceanógrafos, sobre la migración y reproducción de las anguilas y la migración de sus larvas. No podemos dejar de citar, además de los mencionados anteriormente, a los doctores Gandolfi, Tuker, Lozano Rey y Giorgio de Bini, entre otros.

La mayoría de las teorías y descubrimientos científicos, realizados hasta la fecha, están admitidas y confirmados, pero todavía quedan algunas cuestiones dudosas pendientes de verificar.

Las limitaciones a la pesca de la angula se han acentuado de tal manera que hace dos años eran unos 800 los pescadores que acudían a los ríos, la práctica totalidad aficionados. En la actual campaña, desde el día 1 de diciembre de 2010, están pescando angulas solamente cinco profesionales, y desde el día 1 de enero de 2011 pueden hacerlo legalmente 31 pescadores deportivos. En ambos casos la veda se mantendrá, en principio, y si no media un cierre absoluto, hasta el 31 de marzo de este año. El temor de los pescadores, y según muchos de ellos el interés de la Administración, es que, a corto plazo desaparezca la pesca deportiva de la angula para preservar la especie.

En opinión de la Administración regional los problemas actuales que han traído las medidas restrictivas para la pesca de la angula se habrían zanjado «habiendo prohibido totalmente su pesca cuando la Unión Europea planteó la obligación de instaurar un Plan de Gestión para la preservación de la angula en toda Europa». Lo cierto es que, en España, cada comunidad autónoma dispone de su propio plan de conservación siendo más laxo el de otras comunidades autónomas vecinas, como Asturias y el País Vasco, si bien en ambas comunidades la pesca de la angula está vedada exclusivamente a los pescadores profesionales.

Las restricciones impuestas en Cantabria han propiciado, por una parte, que de los 800 anguleros aficionados que dispusieron de licencia en 2009 quedaran reducidos, en 2010, a 400 y que de éstos sólo 31 hayan conseguido licencia para pescar entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2011. El resto presentaron alegaciones contra las condiciones impuestas por la Consejería, que les impedía acceder este año a la licencia, y por ende, tampoco en los años venideros, pero que han sido contestadas negativamente, sin excepción, por la Consejería, por lo que cuando bajan a los ríos lo hacen como furtivos.

Uno de estos pescadores aficionados explicaba ayer a este periódico que en los primeros días de la veda para deportivos no se han producido capturas y que sobre la actividad, que realizan fuera de la ley, «los guardas se limitan a informarnos de la prohibición, nada más. Si somos furtivos es porque nos obligan a ello», dice, y eso que podrían ser multados por estar en el río, con las artes de pesca, sin disponer de la licencia.

Administrativamente los afectados pueden presentar recurso de alzada ante el Gobierno de Cantabria, y de no obtener una respuesta satisfactoria, tendrían que acudir al proceso judicial mediante el establecimiento de un proceso contencioso administrativo.

Sin ambages ha definido el director general de Pesca y Alimentación, Julio González, la pesca de la angula. «No hay que olvidar -explica- que se está pescando un alevín de un inmaduro de una especie en peligro de extinción. Esto contradice a las campañas que el From (Fondo de Regulación y Organización del Mercado de los Productos de la Pesca y Cultivos Marinos) está haciendo constantemente para que no se pesquen peces de tamaño pequeño cuando en este caso estamos hablando de pescar alevines».

Que el objetivo final es acabar con la pesca de la angula, y declararla especie protegida, queda avisado por la propia normativa dictada por la Consejería de Desarrollo Rural. Así este año, todas las angulas que se pesquen, tanto por profesionales como por deportivos, deben ser llevadas a un punto de control donde son pesadas y el 40% de la captura se la queda la Consejería para actuaciones de repoblación; el año que viene será el 45% y así hasta llegar al 60% por lo que los pescadores, además de no ser más allá de una treintena los autorizados, sólo podrán quedarse con el 40% de las angulas conseguidas, por lo que se convertirán en un alimento, no ya inalcanzable, sino prácticamente extinguido de la gastronomía.

Según los datos aportados por la Consejería, España es el país de la Unión Europea donde más angulas se capturan y se consumen debido a que es «una hábito gastronómico». El mayor productor de angulas es Japón pero en este país se utilizan para su cría hasta convertirlas en anguilas.

Para su preservación se ha implantado el Plan de Gestión de la Pesca de la Angula en Cantabria que parte de las directivas de la Unión Europea basadas en los informes del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM), que ha informado que «la población de anguila europea está tan esquilmada que se encuentra fuera de los límites biológicos de seguridad».

Por este motivo la Consejería establece que la pesca de la angula se realizará tan solo durante tres meses con el arte denominado cedazo con un tamaño máximo autorizado de 1,2 metros cuadrados. Los pescadores deportivos no pueden pescar más de 250 gramos al día de los que 100 gramos deben entregarse para la repoblación.

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