Esta reunión anual se ha convertido en todo un clásico de la gastronomía de Cantabria, donde un grupo cada vez más numeroso de buenos amigos iniciamos formalmente la Navidad.
Si hay una receta navideña cántabra de por sí es la de los caracoles, a lo largo de toda la comunidad se preparan este guiso navideño y en cada casa es distinto, similar pero distinto. Este año fue en viernes la reunión por lo que una gran parte del persional perteneciente a hostelería no pudo acudir, pero los de siempre coincidimos en la mesa.
Esta primera reunión conforma el inicio del panorama navideño en torno al primer vino, Primero de Bodegas Fariña y a los primeros caracoles de la Navidad, que nos sirven de excusa para reunirnos en Melly y pasar una cena de lo más animosa con amigos y conocidos del mundo de la gastronomía. Este año hubo lleno completo, hasta la bandera, todo el aforo completo.
Siguiendo la receta de la abuela Remedios, Juan nos elabora un clásico de la gastronómica cántabra y un inexcusable durante estas fechas. A lo largo de la Navidad en Cantabria hay que comer caracoles sí o sí, por supuesto a la montañesa, con la mítica y diferente salsa que se elabora en cada casa, algo que supone un ritual anual en torno a la cocina (cada salsa es distinta, con una base similar, pero cada maestrillo aporta su librillo), para terminar consiguiendo una salsa algo picante de gran sabor y valor gastronómico.
Pero los caracoles son solo una excusa, siempre caen varias raciones que terminan en copiosa cena. Pudimos disfrutar de verduras a la plancha, maganos encebollados, bacalao con pimientos; este último un clásico de las casas cántabras, simple pero más sabroso imposible: pimientos asados, aceite de oliva virgen y bacalao desalado, delicioso.
Primero de Fariña, como ya sabeis, es el primer vino de maceración carbónica en aparecer en el mercado español. Elaborado al 100% con Tinta de Toro, este vino joven hace gala de una espectacular gama de sabores y aromas. Cada año viste una etiqueta diferente que reproduce la obra del ganador del Concurso Nacional de Pintura «Primero de Fariña». Este año ha resultado superior, no recuerdo otra añada con mejores caracteristicas organolépticas que esta.
El vino presenta un color rojo picota con ribete violáceo, una nariz armoniosa e intensa, con una amplia gama de aromas a frutos rojos silvestres y un ligero toque lácteo. En boca es sabroso, afrutado, con un tanino vivo y una estupenda frescura. Un vino que expresa en toda su plenitud la variedad con la que está elaborado, la Tinta de Toro, uno de mis vinos preferidos y que representa perfectamente el espíritu del vino.
Este año continuaba estupendo, un vinazo increible, pero mis dos cosechas favoritas has sido las dos anteriores.