Encontrar un establecimiento que mantenga la regularidad en el tratamiento de la brasa no siempre es sencillo. Por eso, El Brasas se ha consolidado como un referente cercano para quienes buscan disfrutar de carnes y vegetales con el sabor característico de la parrilla tradicional. Aquí, la sencillez en la mesa es el resultado de una técnica depurada y una selección de materia prima excelente.
Entrantes de huerta y fuego

La experiencia en este local suele comenzar con sus entrantes más emblemáticos. Los champiñones a la brasa son ya una seña de identidad; presentan una textura firme y el grado de humedad justo. Por otro lado, los pimientos asados merecen una mención especial. El restaurante permite observar el producto fresco en su cámara-expositor antes de ser procesado, asegurando al comensal que se trata de hortalizas de temporada seleccionadas. Una vez pasan por el fuego, resultan dulces y con una textura carnosa que invita a repetir.

Para completar el inicio, el chorizo parrillero es una opción obligatoria. Optamos por una media ración, ideal para abrir boca sin saturar el paladar antes de los platos principales.
El churrasco frente a otras piezas de la casa

En esta visita optamos por el churrasco, un corte transversal del costillar de vacuno que exige un manejo experto de la temperatura. A diferencia del solomillo o el lomo, que destacan por su suavidad y ausencia de grasa, el churrasco basa su valor en la infiltración y en la presencia del hueso, que aporta una mayor profundidad de sabor durante el asado.
Mientras que un chuletón requiere un fuego muy vivo para sellar el exterior y mantener el núcleo templado, el churrasco en El Brasas se trabaja buscando la caramelización de la superficie sin perder la jugosidad interna. Es un corte más fibroso que el entrecot, pero si el punto de brasa es el adecuado —como fue el caso—, ofrece una resistencia al mordisco muy agradable y un gusto mucho más marcado por la propia grasa de la pieza.
Novedades y acompañamientos

La carta ha incorporado recientemente el conejo a la brasa con alioli, una elaboración que destaca por la precisión en los tiempos de cocción. La carne resulta tierna y blanda, alejándose de la sequedad que a veces presentan estas piezas, y se beneficia enormemente del matiz del humo. El alioli, equilibrado y suave, complementa la pieza sin restarle protagonismo.
En cuanto a los acompañamientos, el churrasco se sirve con patatas artesanas, cortadas y fritas con mimo. La diferencia frente a las opciones industriales es notable, aportando una textura crujiente y un sabor auténtico que redondea el plato principal.
Conclusión
Visitar El Brasas es volver a los orígenes de la cocina de parrillero. No hay elementos superfluos; solo hay buen género, brasas bien gestionadas y un servicio que conoce su oficio. Es una opción excelente tanto para una comida informal como para disfrutar de un corte de carne de calidad con la garantía de una ejecución profesional.


Por El Mule
- 📍 Ubicado en: C. Peña Herbosa, 3, 39003 Santander, Cantabria
- ☎️ 942 36 12 84
- 📱 Instagram: @parrilla_brasas
