Hemos Comido…en Quique. Veníamos dando un paseo en coche por la costa, mirando el paisaje y paseando por la playa de San Vicente, Oyambre, Merón y calas aledañas, un paseo precioso.
Abril 2012. Teníamos intención de comer en El Mirador de Trasvía, pero han quitado la parte del mirador donde solíamos comer con el perro. Así que tiramos hacia Comillas. Pensábamos parar en El Galeón de Rubárcena, pero nos lo pasamos y nos metimos en Comillas. Había un follón de tres pares de narices, estaba lleno de gente y no había un aparcamiento libre. Cuando íbamos a dar la vuelta para volver al Galeón encontramos un aparcamiento cerca de Quique en la carretera principal. Fuimos directos, pues «es donde terminamos siempre que vamos a Comillas», nos dieron la última mesa que quedaba libre.
Si andas bien de apetito puedes suscribirte al menú que tiene por 15€. Consta de cantidad de platos donde elegir. A mí me encanta el arroz con marisco que suelen tener preparado y que tiene un sabor inigualable, pues contiene todo tipo de mariscos: navajas, almejas, mejillones, nécoras, centollo, masera, langostino y gambas. El «único problema» es que te sirven una ración enorme y lo primero que haces, yo por lo menos, es comer el marisco para quitar impedimentos y terminas comiendo el arroz prácticamente frio. Como es natural pedí el arroz con marisco.
Mi acompañante tomó unos bocartes fritos. Una ración enorme, muy bien hechos, acompañados de una ensalada. Se alegró de no haber pedido más, pues no habría podido con todo.
Hay algo que a mí me llama poderosamente la atención es lo atendido que te sientes, sobre todo por parte de Quique, que esta pendiente de todo en todo momento. Me hizo mucha gracia en esta ocasión que una muela de masera muy dura estaba sin partir y la coloqué sobre la mesa para romperla a golpes con la tenaza de marisco; de inmediato se presentó Quique con una banqueta y un martillo que luego pasó a una mesa cercana con el mismo problema y que se puede ver en dos fotos.
De segunto tomé albóndigas de ternera con patatas, pimientos y lechuga. También una generosa ración acompañada de una patatas panadera que me gustaron bastante, el pimiento era de bote y la lechuga no es santo de mi devoción, pero la ración me gustó.
De postre tomamos los dos mouse de yogourt con un sabor bastante especial y agradable textura, le acompañaba un sirope de no se qué, que también me gustó y nata por encima que para mi sobraba.
El lugar merece la pena, sigue como siempre y es un sitio con un precio muy ajustado, una atención excelente y unas raciones muy generosas.
Hemos Comido…en Quique, cada vez que nos acercamos por Comillas terminamos comiendo en el mismo sitio ¿por qué será?
Abril 2011. Comillas es uno de los municipios más bellos de Cantabria, atesora una gran cantidad de majestuosos edificios, dentro de los mas llamativos el Capricho de Gaudí. Aunque existen una gran variedad de otros que no por menos conocidos son menos bellos, como el palacio de Sobrellano.
Hacía mucho que no nos acercábamos por Comillas, amaneció el domingo con un día precioso y con una magnífica temperatura así que decidimos salir a la provincia a comer alguna que otra ración y de paso darle un paseo al perro. Pusimos rumbo a Comillas. El hecho de ir con el perro condiciona, pues tienes que comer obligatoriamente en una terraza.
Nada más llegar, a eso de las 12 el aparcamiento ya estaba complicado y logramos encontrar uno enfrente del palacio de Sobrellano. Bajamos hacia el centro de Comillas a través del parque tan magnífico que hay en la base del palacio, había cantidad de gente paseando a los perros y tomando el sol.
Nos dirigimos al centro a tomar unos blancos y al poco rato nos dimos cuenta que ya era sobre la una y media y que se estaba llenando todo de gente, así que tocaba decidir donde comer.
Quique estaba como siempre a la sombra y la terraza todavía virgen, al acercarme me di cuenta de una paella que había en la entrada y que no lograba distinguir si era de «pega» o de verdad, tras acercarnos la realidad es que no lograba distinguirlo, me acerqué un poco más y sí era real, total que decidimos comer de la paella famosa.
Siempre que nos acercamos por Quique nos maravilla la buena disposición del personal de la misma, son de lo más simpáticos y dispuestos que conozco, siempre hay alguien en el exterior vigilando que no haya inconvenientes.
De otras ocasiones nos han gustado bastante las albóndigas de sarda, las alubias con almejas, las navajas a la plancha y los mejillones, tanto en vinagreta como en salsa.
La paella estaba magnífica, acompañada de una gran cantidad de masera, nécoras, mejillones, almejas, navajas etc. Tenía autentico sabor a mar, una paella hecha en un recipiente distinto de la paella, no es la primera vez que me encuentro con este tipo de recipientes en la zona norte de España para hacer este tipo de arroces, este en concreto caldoso, muy bueno. Y la ración enorme, fue plato único y habría dado para comer casi dos personas.
Con la paella tomamos un vino de rioja, no me fijé en la bodega y un albariño del que tampoco tomé nota, también agua.
De postre tomamos una mouse de yogurt muy buena y una tarta de Santos de Torrelavega, ni que decir tiene que buenísima.
En fin, el lugar es de los que se deja querer, tanto por la cocina como por el personal, el precio muy bueno, seguiremos volviendo.