Para celebrar las Lágrimas de San Lorenzo o Perseidas y la ya tradicional comida de sardinas de verano, nos juntamos cuatro gatos pues a los demás les sobraban los compromisos y nos fuimos a Cueto a celebrar tan especial cita veraniega.
Es una de las citas veraniegas que se repiten cada año, aunque no todos la conozcan. Se trata de la lluvia de estrellas fugaces que se pueden ver por la noche durante la primera quincena de agosto. El momento más fuerte, cuando se pueden ver mejor, es en torno al 10 de agosto, fiesta de San Lorenzo. Trozos de roca que se cruzan en el camino de la tierra alrededor del sol, son atraídos por nuestro planeta y, al caer, se queman en la atmósfera. El espectáculo resulta maravilloso. Degustamos unas exquisitas sardinas acompañadas de otros platos de alta cocina en torno al banquete de Odín, en Walhalla, acompañados de las más bellas Valkirias «esto sí es verdad», regado por exquisitos caldos procedentes de las cuatro esquinas del planeta servido en las calaveras de nuestros enemigos. Vamos que al final no bajó ni «Dios» quedamos en el Conde Luna nos pusimos pilfos de cerveza, comimos sardinas, rabas, bonito y ensalada, y para acabar alguna copa. Como ya sabíamos de antemano no vimos ninguna estrella, pero pasamos una velada de lo más agradable.
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