Hemos Comido…en el recién remodelado Bar Cos, ocupa el antiguo local del bar con el mismo nombre pero con otro aspecto totalmente distinto y mejor aprovechado.
Agosto 2013. Recién inaugurado el BarCos tiene una de las terrazas más concurridas de Santander a la hora del vermut, a eso de la una del mediodía la mayoría de las personas que circulan por el centro de Santander se acercar a tomar un vermut blanco o caña y alguna ración a la terraza de este local.
El cambio ha sido espectacular, un giro de 180 grados en el aspecto del local, pasando de ser un tradicional con muchos años encima a un bar de aspecto marinero con un bonito diseño y unas líneas claras y limpias, una barra de cañas a la entrada con un antiguo y bello diseño, un lugar para cortar embutidos y quesos y una cocina separada por un cristal al lado de una escalera de caracol que da acceso al comedor.
El comedor goza de una gran luz gracias a la exposición directa a un gran ventanal de la entrada, dividido en espaciosas mesas y coronado por unas curiosas lámparas de color dorado. En un pequeño letrero se puede leer rincón de los «Papardos». Los naturales de Comillas llaman así a los veraneantes, por un pez estacional que devora cuanto puede y luego desaparece.
Este término, papardo, ahora más generalizado, antaño contenía un reconocimiento a los veraneantes clásicos. Porque es cierto que las relaciones del marqués de Comillas con la burguesía catalana no sólo atrajeron al principio a un puñado de familias de rancio abolengo que aún frecuentan el pueblo. Sino que lograron que fuera en Comillas donde Gaudí construyera una de sus pocas obras fuera de Cataluña.
La carta es cortita, pero suele tener opciones de temporada fuera de carta. De hecho el segundo plato fue pescado de temporada. El cesto del pan incluia dos tipos de pan y unos palillos de los tipicos andaluces, colines. La camarera que me tomó nota y sirvió resultó ser una excelente profesional, siempre pendiente y preguntando si estaba a mi gusto, de hecho hasta me sacó una salsa que acompañaba al atún para que pudiera ver la marca y el tipo.
De primero tomé unas verduras salteadas. Verduras frescas con un excelente sabor pero demasiado hechas para mi gusto, las prefiero más al dente, estaban como le gustaba a mi abuela cocinarlas, bastante hechas. Había judías, zanahoria, pimientos, repollo, champiñones, calabacín y algún trocito de jamón salteado.
De segundo atún rojo, troceado de una manera un tanto extraña. De hecho me pareció bonito hasta que lo probé, muy bueno y perfectísimo de punto, salado con maldon. Venía acompañado de una ensalada aderezada con una salsa Mostagre Salad de la empresa El Majuelo. Esta salsa no me gustó nada, pero la solución era bastante fácil pues se encontraba a parte y no se entrometía en el atún.
En resumen, el lugar promete, lleno hasta la bandera de gente tomando el aperitivo la parte de la barra y la terraza. El comedor se fue llenado conforme avanzaba la hora, el servicio muy bueno en todos los aspectos. El total de la factura se me hizo bastante alto, 30€ sin vino ni postre es algo así como carillo.