Hemos Comido…en Urrúnaga un pueblecito alavés, en el asador Urtegi Alde.
Comenzaron en el año 1983 con un único comedor de aforo un máximo de 50 comensales. Poco a poco han ido creciendo y hoy en día cuentan con 5 comedores, 3 de ellos privados, con una capacidad total de 140 personas.
Dispone de una carta centrada en la elaboración de asados a la brasa donde elabora tanto carnes como pescados.
Esta antigua casa de labranza se encuentra dividida en auténtico entramado de comedores, añadidos a lo largo de su existencia. Guarda algunas de las partes de la antigua casa como es el caso de los pesebres, al menos en el comedor en el que estuvimos, mucha parte del suelo y la mayoría del entramado de vigas y viguetas.
Estuvimos reunidos en un comedor privado donde antes de comenzar con la comida deambulamos por la estancia haciendo tertulia mientras tomabamos un vino. La comida era la parte final del concurso en el que estuve invitado como observador en la XII Edición del Premio Giraldo al mejor plato de bacalao. Y aquí fue donde por fin logré conocer a mi tan admirada Garbancita.
Comenzamos una larga comida con unas almejas, viniendo de donde vengo y diciendo siempre lo digo no se puede comparar con las mejores almejas del mundo como son las de la bahía de Santander o de la ría de Santoña, pero siendo sinceros estaban bastante buenas.
Dentro de estos entrantes unas piparras fritas, algo muy alavés a la vez que sabrosas y diferentes a la mayoría de los pimientos. Me recuerdan en sabor a los pimientos de Padrón o a los de Mougán y se comen como estos, uno tras otro como si fueran pipas, una gozada empiezas y no acabas, siempre acompañando de ingentes cantidades de sal gorda que le aportan un crujiente y un punto especial a la vez que incitan a seguir con el vino.
Y otro entrante que encontramos en la fechas de su recolección: pochas de Navarra con foie, deliciosas recién recogidas y con ese sabor dulzón que las caracteriza. Unos entrantes de lujo y de cercanía en su mayoría.
Viniendo como veníamos invitados por Bacalao Giraldo, tomamos un bacalao de gran calibre a la brasa, brutal, toque justo de sal y fuego, acompañado de pimientro asado y un toque de aceite. Auténtica delicatessen y un producto de diez.
Para terminar un chuletón de excelente calidad, con un punto perfecto y acompañados de unas patatas fritas de las buenas. De la carne no tengo referencias, no nos dijeron ni origen ni maduración, pero la calidad y el sabor eran de alto standing.
De postre queso con menbrillo, más clásico imposible. Un lugar muy recomendable.
Kruziaga 5 01170 Urrunaga 945465701