Primer espumoso pasiego

 Un brut nature único elaborado con Riesling 100%, con treinta meses en rima hasta su degüelle. Sin sulfitos añadidos.

Este espumoso tan particular lo he guardado para el último día de confinamiento. Creo que se merece un motivo especial, aunque todos los días haya algo que celebrar. Elaborado por Miriam Pinto y Asier Alonso en Castillo Pedroso, en su bodega Sel D’aiz.

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La botella viene prevista de dos etiquetas, una principal y otra colgando del cuello. El garabato principal nace de la frustración que todo autónomo, o personal que empieza un proyecto, tiene en algunas ocasiones. Y que te hace plantearte el proyecto. El primer ejercicio fue escribir el nombre del vino y a la vez tener en la cabeza todos los comentarios que me habían dicho los bodegueros del porqué del nombre… Así nació el garabato. Nace de la frustración, la rabia y la impotencia… Maldita la hora que empezamos… Maldita la hora que compramos…

Pero lo más importante es aprender la lección y  seguir adelante, seguir con el trabajo duro y saber que salen cosas buenas de esos momentos de frustración.

Los colores de Maldita la hora… Como bien querían los dueños son colores tierra, que utilizan en todos sus vinos. Pero esta aparece también el color bronce del material del edificio de la propia bodega, aunando la arquitectura del lugar, con la historia de la bodega.

Detalles que no se ven… En este detalle se puede apreciar que los tres puntos suspensivos del logotipo de Maldita la hora no son puntos, sino que dos de ellos son el logotipo de la bodega, basado en los amonites distribuidos por el suelo del propio viñedo. Y el «garabato» o icónico de la imagen del propio vino. Si esta es la imagen exterior, esperad a abrirlo y beberlo.

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Aromas de crianza, los tostados bien conjugados con la manzana verde, cítricos, membrillo, ahumados, miel… Pero es en boca donde te sorprende: amplio, delicado, una explosión en la boca debido al carbónico integrado y a la acidez, que se conjuga para darnos una elegante frescura.

Maldita la hora fue una primera expresión por la cantidad de trabajo y tiempo que lleva cada una de estas botellas. Pero Bendita la hora en que se os ocurrió hacer este primer espumoso pasiego. SALUD.

Por Alfonso Fraile

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