Denominación de Origen Ribera del Duero Reserva del 2004.

Rojo intenso, casi teja, profundo. Fuertes aromas de maderas nobles conjuntadas con el recuerdo de frutas rojas, y fondo especiado (vainilla, comino) rasgos de tabaco, hojarasca y una fugaz estela de tonos mentolados que dan al conjunto unos complejos aromas característicos de Bodegas Briego .

La entrada en boca es aterciopelada, abriéndose y descubriendo en la misma una explosión de sabores conjuntados como frutas, vainillas, canelas, etc.; muy persistente y acompañado de una acidez característica de los grandes vinos de Ribera del Duero.

Resulta imprescindible abrir la botella unos minutos antes de beberlo, tiene que oxigenar bastante para encontrar lo que queremos.

En Fompedraza, un pequeño pueblo de Valladolid con tradición vitivinícola dentro de la D.O. Ribera del Duero, tres  hermanos han desarrollado el proyecto Bodegas Briego, recuperando así la tradición que ya ejerciera su padre hace ya muchos años. Es mucha la ilusión depositada en Briego, sinónimo de lucha, lucha por la calidad del vino y por una mejor gestión del viñedo, por el trabajo esmerado y por revitalizar esta localidad, Fompedraza.

Después de reestructurar y recuperar los vetustos viñedos, en 1988 se llevaron a cabo nuevas plantaciones en los términos municipales de Curiel de Duero, Peñafiel y Fompedraza. Un viñedo muy disperso, buscando siempre los mejores terrenos para el cultivo de la joya de Ribera del Duero, el Tempranillo o Tinto Fino, con altitudes que llegan hasta los 910 metros. Viendo estos majuelos, uno se da cuenta de que la calidad de los caldos de Briego se gesta en el campo, con unas cepas cuidadas con devoción, a merced de un clima continental que saca lo mejor de cada una de estas plantas. Esta empresa familiar cuenta actualmente con 77 hectáreas, todas ellas de tempranillo salvo un porcentaje testimonial de la variedad merlot.

Por Alfonso Fraile

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